Margaritazo-Vecinos malandros-Cobija chica y rota

AL QUE LE fallaron los cálculos adivinatorios y la bola de cristal fue al gobernador Javier Corral, quien suspiraba con que los seguidores de la excandidata presidencial, Margarita Zavala, se unirían a la causa de Ricardo Anaya, aspirante del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano a Los Pinos, pues ayer cayó como balde de agua fría que su excoordinador de campaña cuando anduvo correteando la gubernatura, Jorge Camacho Peñaloza, se decidiera por apoyar al priista José Antonio Meade y no al rubio queretano, el cual entre más pasan los días, se estanca en las preferencias y observa desde lejos como el morenista, Andrés Manuel López Obrador, crece imparable en las encuestas.

Y es que sí, el hacedor de la campaña corralista en el 2016, Camacho Peñaloza, decidió apoyar al exsecretario de Hacienda en lugar de rememorar su vena panista, misma que llevó a Javier Corral a la silla principal del Palacio de Gobierno, ahí donde rara vez se sienta por andar más ocupado en cuestiones que ameritan viajes a la Ciudad de México, su casa y su guarida, por más que jure y perjure que es más chihuahuense que el sotol, así que quizá el fatalismo de dar por perdida la contienda a favor de Anaya, es en donde sí acertó la bola de cristal que el gobernador guarda quién sabe dónde.

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EN LO QUE respecta a la crisis de inseguridad que padece el estado, tal parece que golpearon duro las palabras de la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, respecto a la “invasión” de sicarios y delincuentes chihuahuenses a la vecina entidad, tan es así que para evitar que se les desborde de las manos, como ha ocurrido con otros problemas, el fiscal César Peniche y el comisionado de Seguridad, Óscar Aparicio Avendaño, ya iniciaron con una serie de reuniones con sus homólogos sonorenses para mitigar la guerra entre ambos bandos que se disputan dichos municipios fronterizos y serranos, no vaya siendo y el colmillo de la priista termine por devorar la conchudez del góber azulado que tenemos de este otro lado.

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SI DE TEMAS de seguridad se trata y ya que mencionamos al comisionado Estatal de Seguridad, Óscar Aparicio Avendaño, son 15 los policías estatales que están en la mira por obedecer órdenes y dejar desprotegida a la cabecera municipal de Ignacio Zaragoza, aquel domingo fatídico en que un comando armado irrumpió en el pueblo y en donde incendió negocios, asesinó a pobladores y de paso atacó a candidatos del PRD, y es que para nada gustaron las palabras del jefe policíaco en torno a la nula actividad de los uniformados para enfrentar a los malandros, que, como Juan por su casa, destrozaron en unos minutos la de por sí mermada tranquilidad de los habitantes de esa localidad del noroeste del estado.

Pero como en el actual gobierno sólo se castiga al que no comulgue con los colores azules, lo cierto es que los malosos nos comentaron que la mentada investigación en contra de Aparicio será un espejo de la denuncia, es decir, puro cuento, pues por un lado los que la presentaron buscan un afán electorero a todas luces, desde el seno de la autoridad investigadora la respuesta será en el mismo sentido pero con la táctica de la dilatación y pateando el bote chilero más lento que de costumbre; además se trata de elementos de casa y el Nuevo Amanecer hará caso omiso a pesar de que a todas luces los efectivos decidieron guardarse mientras pasaba la tormenta, eso sí, con permiso de por medio.

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Y COMO LA narcoviolencia es, de manera lamentable, el tema de moda, lo que sucede en la región noroeste del estado, especialmente en Jiménez, ya cobró más víctimas y por tanto la inoperancia del Estado, pues mientras se cubren la cabeza, con eso de que hasta crearán la Fiscalía Zona Noroeste, se descubren los pies, y es que así como los chicos de la Mina Dolores están más protegidos que una caja fuerte, los demás municipios de la entidad están a la buena de Dios y a lo que diga el narcotráfico.

 


Source: Columna