AYER QUEDÓ DE manifiesto –y con precedente en los anales jurídicos de la Nación- el exceso cometido por el Nuevo Amanecer que dirige Javier Corral Jurado en la forma de apoderarse del Poder Judicial de Chihuahua con la anticonstitucional destitución de Gabriel Sepúlveda como presidente del Tribunal Superior de Justicia y la operación para la llegada de Julio César Jiménez Castro a la misma. La Suprema Corte de Justicia de la Nación puso el primer manotazo en la mesa al gobernador de Chihuahua. El fin no justifica los medios y la próxima semana deberá haber nuevo titular en el Poder Judicial.
Que si el riesgo estuvo medido y el objetivo era quitar al duartismo del timón en el Poder Judicial y lo de ayer era un precio que “en aras de la democracia había que pagar”, eso será ya un argumento que la historia juzgará, pero el precedente oficial de intervencionismo entre Poderes –que dicho sea de paso era el pan de todos los días en las administraciones emanadas del PRI- fue llevado a una sentencia en el máximo órgano jurisdiccional del País en una gestión blanquiazul, y la mancha en el mantel blanco se nota más que sobre uno verde y rojo. Además, de los vulgares ladrones eso se puede esperar, pero ¿de los paladines de la justicia? Eso es lo que más cala.
Mientras algunos rumian la derrota intramuros, en el TSJ, por más que se esconda el apoquinado y depuesto magistrado presidente que cargará con la deshonra de la destitución ordenada por la SJCN, deberá abandonar el “penthouse” en cosa de 4 ó 5 días, mientras que el Pleno de Magistrados entra en una nueva pasteurizada en medio de un proceso electoral constitucional, para elegir, entre pares, otra propuesta que envíe el Nuevo Amanecer. No hay mucha baraja para escoger, pues la división de los 26 magistrados que tienen votos es notoria y la operación quedó ayer a cargo de César Jáuregui Robles, secretario General de Gobierno, quien de inmediato se acuarteló con los que tienen posibilidades reales de conducir al Poder Judicial. ¿Quién será ahora la carta de Palacio?
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PERO LA TUNDA que le propinó la Suprema Corte al Poder Judicial del Estado podría extenderse hasta mañana, cuando los ministros suban a discusión los supuestos excesos del Consejo de la Judicatura Estatal, ahí donde despacha y ordena la consejera Lucha Castro, por más que el Ejecutivo lo niegue y ocurra a regañadientes de una buena parte de los magistrados, y es que este jueves, la SCJN analizará la controversia interpuesta por el propio Tribunal Superior de Justicia, en relación precisamente a la casi omnipotencia que se le otorgó a los consejeros y que incluso ha provocado sanciones a magistrados “incómodos”, como lo son Gabriel Sepúlveda, el depuesto presidente del TSJ, así como Jorge Ramírez.
Según los malosos, a la otrora activista y hoy casi gobernadora, no la calentaba ni el sol tras lo ocurrido con la destitución de Julio César Jiménez Castro como presidente del Tribunal, además de que con dicha resolución de los ministros, no es necesario ser vidente para conocer por dónde irán las aguas leguleyas durante la sesión de mañana, lo que de nueva cuenta demostraría que tanto ella como su amigo el gobernador Javier Corral, se excedieron en las atribuciones otorgadas a los encargados de vigilar el actuar de los magistrados locales, en su afán de exhibir que son ellos los únicos dueños de las verdades justicieras y universales. Ni Platón y sus diálogos en la antigua Grecia.
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Y MIENTRAS EL Poder Judicial del Estado se desmoronaba entre los votos de los ministros de la Suprema Corte, ahí en la Sala 1 del Tribunal Superior, el juez Alejandro Legarda Carreón le rompía el corazón a “La Coneja”, Alejandro Gutiérrez, el exsecretario general del CEN priista y operador de los presuntos desvíos millonarios hacia campañas tricolores, pues por más que la promesa del gobernador Javier Corral a la Federación haya sido autorizar el traslado del oriundo de Coahuila a un penal federal, a cambio de depositar 900 millones de pesos, tal parece que la orden no bajó o de plano se incumplió, pero por más que se empeñó la palabra, Gutiérrez se queda en el CERESO de Aquiles Serdán, vaya a usted a saber qué pensará Alfonso Navarrete Prida, el secretario de Gobernación que acordó con el mandatario a cambio del caravaneado billete.
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PRECISAMENTE HABLANDO DE la “Caravana por la Dignidad”, esa que al parecer le dio buenos dividendos al gobernador Javier Corral, no así a la SEGOB, los ecos del tremendo paseo que se aventó el mandatario y su gente durante dos semanas, volverán a resonar en la capital del estado, pues será el viernes cuando se realice el tan esperado Tercer Encuentro Chihuahua, de esos que sacan del aldeanismo político, con su versión “Hacia un Nuevo Federalismo Tributario”, tal y como lo prometió (y en esta ocasión cumplió) Corral Jurado en su llegada triunfante a la Ciudad de México el pasado 4 de febrero. El encuentro vanguardista será protagonizado en esta ocasión por el secretario de Hacienda del Estado, Arturo Fuentes Vélez; la representante de la organización México Evalúa, Mariana Campos; el expresidente nacional del PRD, Leonel Godoy; el investigador del Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C, (Cidac) Tamon Takahashi y la expositora y académica, Virginia Ríos Hernández. Corral y sus amigos reloaded.
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POR CIERTO QUE quien anda gastando suela y no las llantas de su Audi en la carretera Panamericana, tal como no lo hizo durante la “Caravana por la Dignidad”, es el candidato del PAN al Senado de la República, Gustavo Madero, pues ayer se le vio muy entusiasmado por las calles de Delicias acompañado de Mario Mata, aspirante panista a diputado federal por el Distrito 5, y es que el exjefe del gabinete estatal debe ponerse las pilas, ya que atrás, pero no muy lejos, andan el priista José Reyes Baeza, que hoy estará en Cuauhtémoc, encampañado, mientras que el moreno Cruz Pérez Cuéllar, ayer se gastó los tenis en Juárez y Nuevo Casas Grandes.
Source: Columna