Rojo y más allá-Navajeros contra Chihuahua-¿Evaporación?

Lo inevitable sucedió, todo el estado de Chihuahua regresa hoy al rojo en el semáforo epidemiológico y con ello, una crisis que alcanzará a todos los sectores de la sociedad. Y es que se advirtió, pero la irresponsabilidad y el egoísmo pudieron más ante una situación que los chihuahuenses supusieron superada cuando alcanzaron el semáforo amarillo, cuya llegada, detonó los cientos de contagios y decenas de muertes que han venido ocurriendo en los últimos días. Por primera vez desde el inicio de la pandemia del COVID-19, los hospitales de Chihuahua están a punto del colapso, tanto, que los 708 casos confirmados en 24 horas y las 40 defunciones, obligaron al Consejo Estatal de Salud a tomar la decisión: semáforo rojo antes de que un escenario más mortal y crítico termine por devastar lo que queda del sistema de salud, de la economía y de la normalidad que nunca volverá, al menos no en los meses subsecuentes. Así que si miles de irresponsables creían haber vencido al coronavirus, lo que lograron es darle reversa a todos por igual.

Lo cierto es que varios restaurantes, bares, gimnasios y demás negocios no volverán a reabrirse, pues no soportarán un segundo cierre al que están obligados desde ya, por lo que si se pensó que se viviría una buena Navidad, pocos comercios llegarán vivos al pavo y a los buñuelos. Lamentable.

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Quienes también le tendrán que frenar a su carrito incontrolable de precampañas, son los múltiples aspirantes a la gubernatura del estado, y es que desde que se llegó al semáforo naranja, allá por el mes de julio, todos y cada uno de ellos, de todos los colores y sabores, comenzaron a organizar reuniones con la militancia y a entregar apoyos aquí y allá, por lo que con el ingreso del semáforo rojo, más vale que le corten un poco a sus ansias o el 2021 que tanto añoran, se convertirá en una copia, quizá peor, del 2020.

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Y mientras la preocupación por la situación de la pandemia acechaba al gobernador Javier Corral, otro que lo hacía al mismo tiempo, y en montón, era Andrés Manuel López Obrador, que acompañado por la directora de la Conagua, Blanca Jiménez y del director para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco, así como del canciller Marcelo Ebrard, se pusieron de acuerdo para agarrar de sparring al Góber chihuahuense, culpándolo de que por sus “intereses” casi no se lograba el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, además de vanagloriarse a sí mismos de ser los mejores diplomáticos del mundo mundial. Vaya, un novelón digno de las mañaneras de la “4T”. Lo cierto es que lo “logrado” por el gobierno de AMLO no fue otra cosa que la propuesta que tanto el gobernador Corral y los productores agrícolas le sugirieron a la autollamada “Cuarta Transformación” para cumplir con el pago, sin embargo, el no aceptar que la Conagua y la federación hicieron las cosas mal desde el principio, obligó a las múltiples protestas, a los enfrentamientos en las presas y a la muerte de Yesi Silva, es decir, pura soberbia disfrazada de supuesta diplomacia.

Pero con todo y el cumplimiento del pago del Tratado, del cual Chihuahua aportó casi el 50 por ciento de lo que México entregó, la extracción en la presa El Granero continuará hasta a mediados de noviembre, si es que el gobierno de AMLO cumple lo que promete, lo que a decir de los más enterados y del mismísimo Gobernador, pudiera enardecer y generar más conflictos entre los productores agrícolas, sobre todo en los del Distrito 090 con sede en Ojinaga, quienes en su momento, allá por el mes de junio, les dieron una probadita a los funcionarios de la “4T” de lo que son capaces de hacer. Y si no que le pregunten al súper delegado Juan Carlos Loera.

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Lo más absurdo, como casi todo lo que ocurre con la “4T”, fueron los 280 millones de metros cúbicos que se “evaporaron” de las presas La Boquilla, Las Vírgenes y El Granero, sí, con cifras exactas, mostradas por el mismísimo Andrés Manuel López Obrador y su directora de Conagua, Blanca Jiménez. Los malosos nos comentan que los agricultores no sabían si reír, llorar o las dos cosas, escuchando la tragicomedia acuífera que armaron con la “evaporación”, así que no faltó quien resaltara que “coincidentemente”, esa cifra, 280 millones de metros cúbicos, son los que reclamaron los productores que la Conagua se llevó de la presa El Granero a principios de año, sin avisar, y que muy seguramente terminaron en los ranchos de Poncho Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, o en los de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quienes “nadan” en concesiones allá en Nuevo León. ¿Sería esa la evaporación?

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Source: Columna