En la calle Tacuba, en el Centro Histórico del Distrito Federal, tomada por la producción de la nueva película del agente 007, transcurren los ensayos de las calaveras que repiten sus escenas desde la madrugada de hoy para en unos momentos ser filmados.
Sam Mendes, productor de la cinta, da instrucciones a los más de mil extras vestidos de catrinas y catrines que deben danzar por la calle en dirección a Eje Central a ritmo de la música de tambores.
Algunos se engalanan con bastones, otros más cargan pequeños ataúdes con calacas dentro y el resto simula tocar algún instrumento.
La singularidad de sus atuendos y el maquillaje de sus rostros atrae la mirada de los curiosos que esperan tras las vallas de seguridad para verlos de cerca; calacas gigantes maniobradas por los Catrines o sobre carros alegóricos sobresalen de entre la masa de gente.
Por otra parte, algunas de las personas que trabajan en las calles aledañas al lugar de filmación están molestas por las dificultades que han tenido para llegar a sus empleos.