¿Qué pasa cuando Mickey Mouse se combina con Tchaikovsky? En 1937, Walt Disney decidió averiguarlo, después de haber estado experimentando durante años con cortos animados acompañados de grandes orquestaciones clásicas.Tras un encuentro en un restaurante de Los Angeles con el director musical Leopold Stokowski, los dos decidieron hacer algo completamente nuevo: un dibujo animado que ilustrara algunas de las piezas de música clásica más famosas de todos los tiempos.
El resultado, “Fantasía”, se estrenó hace 75 años, el 13 de noviembre de 1940… y fue un fracaso en taquilla. Pero la exploración de imágenes y sonido hizo historia a nivel cinematográfico y superó la prueba del tiempo hasta ser redimida como uno de los mayores logros artísticos de Disney.
El filme consiste en siete segmentos no relacionados que no están hilados narrativamente, sino por la progresión de la música, que es lo que centra la historia: La “Tocata y fuga en re menor” de J.S. Bach, la suite “El cascanueces” de Tchaikovsky, “La consagración de la primavera” de Stravinski, la sinfonía “Pastoral” de Beethoven, la “Danza de las horas” de Amilcare Ponchielli, “Una noche en la árida montaña” de Mussorgsky, el “Ave María” de Schubert y “El aprendiz de mago” de Paul Dukas.
Stokowski y sus músicos aparecen además en persona en la película, pero el resto es un viaje a través de la imaginación de los dibujantes, con centauros danzantes, dioses griegos y viajes en el tiempo y el espacio que dan forma visual a los paisajes que evoca la música.El alter ego y personaje principal de Disney, Mickey Mouse, es el protagonista en “El aprendiz de mago”, basado en un poema de Goethe del siglo XIX, y que relata cómo los esfuerzos de un inexperto Mickey por solucionar sus problemas con magia acaban en catástrofe.
Pero aunque la música es lo que guía la animación, los dibujos están pensados también para subrayar las melodías. Stokowski dirigió a la Orquesta de Filadelfia y Disney desarrolló un nuevo sonido estéreo de tres pistas, Fantasound, que se instó a las salas de cine a instalar para el estreno de la película.
Disney dejó libre a su imaginación creativa, que propuso ideas como segmentos en 3D o rociar a la audiencia con perfume para intensificar la experiencia. Aunque estos proyectos finalmente fueron abandonados, los costes subieron a más de dos millones de dólares, el cuádruple del presupuesto inicial, por lo que “Fantasía” se convirtió en una apuesta arriesgada. Y que al final no se compensó.
El sonido Fantasound era demasiado caro salvo para un puñado de salas que lo instalaron. El filme tuvo que ser recortado de 121 minutos a 84 y la guerra en Europa opacó el interés del público internacional por un dibujo animado con música clásica.
Aunque el New York Times describió a “Fantasía” como “encantadora y excitante en su originalidad” y la Academia le dio premios especiales por el uso pionero del sonido, la creación fue demasiado para el público de la época. Los críticos censuraron las libertades de la cinta con la música y las pretensiones de Disney de hacer “alta cultura”, algo que incluso llegó a criticarse a sí mismo el propio Walt Disney.
“Me pasé un poco de sabelotodo”, dijo en una entrevista de 1955 nunca publicada y recuperada por la revista Smithsonian.
La película fue un desastre financiero para Disney, lo que contribuyó a que entrara en bancarrota unos pocos años después. En las décadas que siguieron al estreno, el director de la compañía consideró a “Fantasía” como “un error”.
Pero la cinta probó estar adelantada a su tiempo. En medio de la cultura psicodélica de 1969, su vuelta a los cines hizo que “Fantasía” se convirtiera en un filme de culto, inicialmente acompañado del consumo de drogas.
Con el paso de los años la película llegó a nuevas generaciones que ya no la consideraron un producto excéntrico, sino una obra de arte visionaria. La innovación en sus formas y la imaginación que exhibe el film influenciaron a grandes directores, desde Steven Spielberg a Wes Craven.
Tras las pérdidas iniciales, la apuesta demostró ser muy rentable. “Fantasía” lleva recaudados más de 72 millones de dólares, mientras que una secuela, “Fantasía 2000″, ingresó más de 60 millones.
El Instituto de Cinematografía de Estados Unidos incluye a la película entre las 100 mejores creadas en el país, y en 1990 el Registro Nacional Cinematográfico añadió a “Fantasía” a su archivo de trabajos “cultural, histórica o estéticamente significativos”, dignos de ser preservados para las futuras generaciones.
Sin Embargo