Hasta su última morada el cantautor Joan Sebastian cumplió a cabalidad con su canción “Soy como quiero ser”: Demostró ser amigo de todos, ranchero hasta los codos y, de acuerdo con los miles de dolientes, sincero y noble a más no poder.
Y como sucedió en Cuernavaca, la Ciudad de México y en su rancho de Teacalco, Guerrero, miles de seguidores lo despidieron en el panteón de Juliantla, donde nació en 1951 y vivió los primeros años de su vida.
Su féretro ingresó alrededor de las 18:40 horas a una sección privada del camposanto, elegida por familia Figueroa para sepultar los restos del cantautor ganador de cuatro premios Grammy y siete Latin Grammy.
Joan Sebastian murió el lunes pasado en su rancho Cruz de la Sierra, en la comunidad de Teacalco, víctima de cáncer. Su familia decidió llevarlo a los lugares que Joan Sebastian amó en vida para ser despedido por sus seguidores.
En el último día de homenajes el cortejo fúnebre arribó a Juliantla, perteneciente al municipio de Taxco, Guerrero, alrededor de las 16:20 horas, cuyas calles fueron adornadas con fotografías, globos y adornos.
El ataúd fue llevado después a la casa donde nació y se crió.
Es una casa rústica construida en ladrillos y con techo de teja; con corredores, jardín y una barda en piedra. Sus puertas de madera y las ventanas a dos alas, también de madera, cobijaron el féretro del autor de “Tatuajes” y “Sentimental”.
Pasado el tiempo nuevamente subieron la caja a la carroza para recorrer el pueblo sobre el circuito principal de piedra.
Luego lo condujeron a la iglesia El Rosario para rendirle su última misa de cuerpo presente. El féretro fue subido a la carroza para trasladarlo al panteón del lugar, mil metros distante de la iglesia.
Ahí mismo Federico Figueroa, hermano del cantautor, agradeció a sus paisanos que los acompañaron al sepelio, pero también pidió apagar teléfonos celulares o no grabar para darle un momento de privacidad a la familia.
La consternación cubrió a los hermanos, hijos y esposa de Joan Sebastian.
Originalmente la familia informó que los restos de Joan serían cremados y depositados en el rancho Cruz de la Sierra, de la comunidad Teacalco, incluso informaron que ya tenían la cripta que el mismo Joan Sebastian había elegido en vida.
Pero el plan familiar cambió porque el jueves por la tarde un grupo de habitantes de Juliantla fueron en procesión hasta el rancho Cruz de la Sierra para pedir a la familia Figueroa que el cuerpo de Joan fuera sepultado en el panteón del lugar donde nació, por el cariño que le guardan y en reconocimiento a las obras que realizó en beneficio de la comunidad. Y así fue hecho.