Ahora, a sus 37 años, Tom Hardy está en los cuernos de la luna con su más reciente película Mad Max. Fury Road, que estrenó hoy en Cannes, pero antes, cuando vivía el infierno de las drogas incluso por crack habría vendido hasta a su propia madre.
El intérprete, quien se ha mantenido sobrio desde 2003, recordó que sus más cercanos no se dieron cuenta de ninguna de las señales de su adicción hasta que comenzó comportarse de manera muy agresiva con ellos.
El actor que en 2008 también recreó al villano Bane en The Dark Knight Rises destacó que ahora “tengo suerte de estar aquí”.
“El problema con Hollywood es que ellos quieren que seas algo, entonces ellos piensan que eres quien ellos querían que fueses. No soy un luchador. Soy un niño burgués de Londres”, precisó Hardy.
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