En viernes y con frío, pero muchos se enteraron que este día Laura Bozzo grabaría su último programa y daría regalos.
Así que desde antes de las 10 de la mañana ya había gente formada en la entrada principal de Televisa San Ángel, en su mayoría mujeres mayores provenientes de la periferia de la Ciudad de México.
Karol, por ejemplo, una mujer joven y tímida al hablar dijo que no se pierde el programa de Laura Bozzo y cuando puede asiste diario a este y otros programas de la televisora.
Otra señora que estaba en la fila con papeles en mano dijo a una de las organizadoras que llevaba un caso jurídico para que Laura le ayudara.
Sin embargo, aquella mujer respondió que no están recibiendo nada de eso por ahora, sólo casos médicos y relacionados con bullying que, pese a que no esté en pantalla chica, seguirá trabajando porque son parte de la reestructuración de su programa, por lo que le recomendó mandarle vía Facebook sus peticiones.
Ya cerca de las cuatro pasaron a todos al foro.
Laura —quien no convivió con el público durante los cortes— dijo ante las cámaras que no se va, simplemente se toma una pausa para volver renovada porque ella siempre ha sido la número uno.
También advirtió a Reynaldo López, nuevo productor de Hoy, que solamente le prestaría a su productora Maru mientras ella se toma su pausa.
El programa se fue volando entre comerciales, aplausos y finalmente la historia de esa tarde tomó el mínimo tiempo.
Eso sí, al terminar, Laura se fue, los asistentes entregaron su IFE por un largo rato sin saber por qué y anotaron su nombre en una hoja con su firma. Varios de ellos, no sabían escribir.
El regalo tan esperado resultó un juego de bolos, una muñeca (no original), un juego de mesa y un paquete de cuadernos. Pero muchos se emocionaron al irse a su casa con el lonche con el rumor de que el haber dejado su credencial de votar era para ganar una pantalla de televisión. Aunque van a extrañar a Laura, la esperarán a que regrese porque ella lo afirmó, de que regresa, regresa.
Información de: El Universal