Los científicos Barry Komisaruk y Julia Heiman analizaron a un grupo de personas con un sistema de Imágenes de Resonancia Magnética en el momento justo de alcanzar el orgasmo.
El propósito de dicho estudio, que fue realizado en un grupo reducido de personas, es el de eventualmente poder ayudar a las personas que tienen problemas para alcanzar el clímax. Sin embargo, la investigación arrojó otros importantes datos sobre esta reacción humana que hasta el momento sigue teniendo aspectos desconocidos.
Los orgasmos de ambos sexos (los cuales son más similares de lo que podría creerse) prácticamente se “adueñan” del cerebro humano. Los investigadores encontraron que además de las zonas que regulan el sentido del tacto, el orgasmo también activa partes del cerebro como el hipotálamo y la corteza prefrontal, encargadas del movimiento y del juicio de las personas.
El clímax sexual, encontraron los investigadores, también actúa como analgésico, incrementando la tolerancia al dolor hasta en un 50% en el caso de las mujeres que se masturban. Esto podría, incluso, explicar como las mujeres pueden soportar los dolores de parto tan intensos, explicaron los científicos.
Por último la culminación del sexo también podría afectar los sistemas que regulan el miedo y el control de impulsos en el cerebro, ya que además de la corteza cerebral, el orgasmo también influye en la amígdala, una zona del cerebro que es “crucial” para nuestra percepción del miedo.