Es la ruta de las desaparecidas. El autobús de la línea 3B, donde han sido vistas por última vez niñas y jovencitas que se dirigían al centro de la ciudad, recorre las calles de las colonias Guadalajara Izquierda y Derecha, zona habitacional de extrema pobreza que registra en los años recientes cientos de desaparecidas: Nos pidió dinero para el boleto de esa ruta, la vimos subir al camión y ya no regresó, informa La Jornada.
Habla Perla Reyes Loya, de 36 años, madre de Jocelyn Calderón Reyes, desaparecida el 30 de diciembre de 2012, a la edad de 13 años: Me pidió mi celular para meterse a su Facebook y al rato me dice que ya se va porque se iba a ver con una amiga en el centro, pero su amiga dice que mi hija nunca llegó.
Perla hojea un libro con decenas de fotos de niñas y mujeres desaparecidas, armado por la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género: Desgraciadamente nunca dan con ellas, ni habiendo pistas. Las autoridades no las están buscando, al contrario, nos alejan de las pistas. Los hechos hablan por sí solos. No he visto que encuentren a ninguna. Aquí las agarran y se las roban.
En Ciudad Juárez han aumentado más de 200 por ciento las desapariciones de mujeres y niñas durante el mandato del gobernador César Duarte, según el estudio Violencia feminicida, desaparación y violación de derechos humanos en Ciudad Juárez, presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), elaborado por la Red Ciudadana de No Violencia y Dignidad Humana, dirigida por el profesor Alfredo Limas Hernández.
Son mujeres y son humildes, por eso les pasó esto. Son desapariciones que se cometen en el caso de mujeres jóvenes y niñas empobrecidas. La autoridad ha permitido esta criminalidad que ha crecido tanto. Aquí se fusionaron los dos poderes; los criminales y los oficiales. Están en plena connivencia. Son poderíos crecidos y compartidos, dice en entrevista con La Jornada.
La Fiscalía General del Estado de Chihuahua reporta la desaparición de 108 mujeres en los últimos años: La desaparición de niñas y mujeres en Juárez aumentó terriblemente desde 2008. En el sexenio del gobernador César Duarte han ocurrido más desapariciones, periodo que coincide con el de Enrique Peña Nieto. En este lapso se observa menos acceso a la justicia y respeto a los derechos de estas víctimas y sus familias. De todas las desapariciones de niñas y jóvenes desde 1995, 50 por ciento se presentaron en lo que va de estos gobiernos, dice Limas Hernández.
El centro, el infierno
Las pistas de las desaparecidas llegan al centro de la ciudad. Por la calle Juárez a las 11 de la mañana el night club Tangas ofrece servicios sexuales con exuberantes jóvenes exhibidas en la puerta. En esta zona no importa el giro del negocio, hay cómplices de las redes de trata que enganchan a niñas y jóvenes, con fines de explotación sexual, hasta en las zapaterías.
Por la noche las calles lucen semidesiertas, pero los negocios de giros negros siguen ofreciendo diversión. En la esquina de las calles Juárez y Colón, el bar Chess –donde han asesinado y tirado cadáveres por la puerta de atrás– permanece cerrado. Enfrente, el club Kentucky solicita identificación a los que quieren ingresar, no por razones de edad: Es por si pasa algo, para saber quiénes son y dónde viven.
Este bar entre penumbras con una gran barra de madera es el más antiguo de la ciudad. Un mariachi ameniza las mesas de unos cuantos clientes. Aquí supuestamente se inventó la margarita, y en su época dorada hace décadas fue visitado por Elizabeth Taylor, Jim Morrison, John Wayne, Steve McQueen, Marilyn Monroe o Al Capone.
De esa época dorada queda poco, con 11 mil muertos en el sexenio pasado y cientos más durante el gobierno de Duarte y sus altas cifras de feminicidios. La ciudad sigue siendo un corredor importante de narcotráfico con El Paso, Texas, y este territorio es disputado por los cárteles de Juárez y Sinaloa.
A pesar de los niveles de desapariciones, no hay redadas contra la trata de mujeres y niñas, tampoco operativos para su localización. Los giros negros abundan y también la oferta y demanda sexual: El centro de la ciudad no tiene vigilancia adecuada y es el lugar donde la mayoría desaparecieron, desde hace 20 años, dice Limas Hernández.
La mayoría de las cámaras de seguridad colocadas en los postes están convenientemente descompuestas o arrancadas del lugar. El alcalde Enrique Serrano Escobar ha dicho que la violencia de género y los altos índices de desaparición y feminicidios son simplemente una leyenda negra y hace caso omiso a las demandas de las madres de las desaparecidas, que se han convertido en auténticos detectives y recorren estas calles día y noche buscando a sus familiares. Las fotos de sus hijas aparecen pintadas en la barda del eje Juan Gabriel, en postes de luz y hasta en vasos-cilindros que ofrecen de regalo.
La autoridad ha dejado la cancha libre al crimen organizado, por colusión, complicidad, corrupción o lo que sea. Las cifras de violencia de género nunca se han reducido, solamente cambian los rubros donde se detecta la victimización, dice Limas Hernández, que también dirige el Observatorio de Violencia Social y de Género, encargado de investigaciones de campo sobre el contexto de violencias relacionadas con la cadena de rapto, tortura, cautiverio, explotación sexual, violencia y feminicidios.
De acuerdo con sus estudios, miércoles y jueves son los días de mayor desaparición de niñas y jóvenes a lo largo de los últimos 20 años. La edad promedio de las desaparecidas es 18 años; en 46 casos, entre 16 y 20 años, y en 24, son menores de edad.
Hay un autoritarismo del gobierno creciente en el estado. A estos poderes, los criminales y oficiales, no les importan los derechos de las mujeres ni de las familias, porque su poderío y su beneficio económico no se ha mermado, al contrario, han crecido.
Modelaje, el gancho
Perla Reyes Loya está segura de que su hija Jocelyn de 13 años fue secuestrada por una red de trata con fines de explotación sexual: Hay una red de trata. A mi hija la vinculan con la agencia de modelaje de Camilo del Real Buendía. Jocelyn tenía de contacto en Facebook a los de Evolution y Bohemia y él es el dueño de esos grupos. Incluso a ella le quisieron dar trabajo de modelo, querían irle a tomar unas fotos y yo no lo supe. Ese fue el gancho, desde entonces la estaban siguiendo.
Camilo del Real Buendía está preso por el delito de homicidio y trata contra 11 mujeres desaparecidas entre los años 2009 y 2010, cuyos restos han sido encontrados en los últimos años en el arroyo El Navajo, en el valle de Juárez, pero el caso de Jocelyn, que cursaba el segundo grado de secundaria, no ha sido incluido en este llamado juicio histórico.
“Ni habiendo pruebas a mi hija la han incluido en el juicio sobre esa red de trata. Yo doy como un hecho que a mi hija la traen en una red. Eso nos han dicho las personas que la han visto: ‘a tú hija la traen vendiendo droga, prostituyendo’.”
Perla insiste en que son muchas las personas que le han dado pistas sobre el paradero de su hija, pistas que, dice, la autoridad ignora: Desde que desapareció muchos me dicen que la ven, pero ninguna pista nos ha llevado hacia ella. Hace año y medio nos dijeron que la habían visto con hombres que la traían en la zona centro sometida en las Gorditas del Smart Altamirano, en Reforma. Hace tres meses me dijeron que la habían visto en el bar El Gavilán. Eso es lo último que tengo.
Añade: “Al año que desapareció la miraban muy seguido, incluso por mi casa donde la llegaron a ver sus amigos de la escuela, que la llevaba una mujer sometida con la cabeza para abajo a ella y a otras cuatro jovencitas en un carro sin placas, y a los dos meses la vieron que la llevaba un hombre de aspecto cholo, pelón, en una camioneta van con vidrios oscuros y sin placas a un costado de mi casa”.
Cuenta que Jocelyn planeaba la fiesta de sus 15 años cuando desapareció. Por eso le preparó su misa en Catedral y un evento en la explanada de la Plaza de Armas, con vestidos de quinceañera. Hoy la menor tiene la edad de 16 años: A veces me preguntó: ¿cómo puedo estar de pie? Es porque no pienso cosas negativas. No pienso si mi hija sufre, pienso que mi hija está viva y la voy a encontrar. Mi fe es más fuerte.
Perla sigue festejando los cumpleaños de sus siete hijos: Ellos no tienen la culpa. Ni mi hija, pero yo desgraciadamente ya no puedo hacer nada por cambiar lo que le tocó. No entiendo tanta maldad. Ella tenía planes e ilusiones. ¿Por qué les truncan todos sus sueños?
Fuente: La Jornada