La abogada y activista Lucha Castro, quien siguió de cerca el caso de Yesenia Pineda Tafoya, fallecida por lo que podrían ser una serie de negligencias médicas, señaló que la Secretaría de Salud ha actuado de manera errática no sólo por las malas prácticas médicas que denuncian los familiares de la joven, sino por la indolencia con la que maneja este tipo de casos.
La Historia. Yesenia murió el lunes 14 de marzo a causa de una sepsis abdominal, agranulocitosis y neumonía. Los eventos que antecedieron a su fallecimiento conforman la narración de un calvario en el que la palabra negligencia no sólo aparece como una sombra o una intuición, sino en la propia voz de una familia que siguió a la joven en su largo y doloroso camino.
En marzo del 2015, Yesenia vio nacer a su hija en el Hospital de la Mujer en Juárez, pero, según lo narrado por la madre de la joven, los médicos que la atendieron le conectaron el recto con la vagina, lo que ocasionó que su cuerpo se contaminara con sus propios desechos.
Debido al cuadro clínico que presentaba la joven, se le practicó una colostomía para evitar que su recto se contaminara y las heridas tuvieran tiempo de sanar. No obstante, el pasado 11 de febrero, cuando se determinó que era momento de volver a unir su intestino, los médicos incurrieron en una nueva equivocación: olvidaron grapar este órgano.
La intervención realizada en el Hospital General del Estado en la ciudad de Chihuahua fue encabezada por residentes que no le colocaron la grapa que uniría sus intestinos; la madre, preocupada, informó al equipo médico sobre la extraña apariencia que tenía la herida de su hija. Cunado los doctores se disponían a retirar dos puntos, el intestino de Yesenia se reventó, causando, una vez más que su cuerpo se intoxicara con su excremento.
Sumado a esto, los parientes de la muchacha comentaron que la joven recibió una atención deficiente a lo largo de su estancia en el nosocomio, donde tampoco se le administró el medicamento recetado por la hematóloga para tratar su agranulocitosis o neutropenia grave, que es la disminución de las células de la sangre que ayudan al cuerpo a no contraer infecciones.
La respuesta de la autoridad. El director médico de la Secretaría de Salud, Jorge Duque, negó que los doctores del Hospital de la Mujer en Ciudad Juárez hayan cometido negligencias en el tratamiento del parto de Yesenia, ya que las complicaciones derivaron de un desgarre perianal de cuarto grado, el cual empeoró por una mala cicatrización y una reacción adversa de su sistema inmunológico.
El doctor subrayó que las dificultades que presentó la paciente para sobrellevar los cuadros de infección se debieron a una agranulocitosis, la cual es una condición poco común caracterizada por la disminución aguda o crónica de los granulocitos o células de la sangre que refuerzan las defensas del cuerpo.
Sin embargo aseguró que las investigaciones continuarán para determinar si se presentó una mala práctica médica, tanto en Juárez como en el Hospital General del Estado. Indicó, además, que el caso podría ser llevado hasta la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed).
En el 2015 se interpuso una denuncia por negligencia médica en contra del Hospital de la Mujer en Juárez ante la Fiscalía General del Estado, misma que sólo ha avanzado en los citatorios al personal médico para que declaren sobre el caso.
Indolencia y corrupción, señala activista. “Ni siquiera son capaces de tener la dignidad de responder y decir que, efectivamente, sucedió un error y hacer algo para que no se repita”, sentenció Castro, quien además exhibió la revictimización ejercida por el sector salud, al responsabilizar a la familia, deslindarse de culpas y negar la problemática.
En este sentido, la derechohumanista apuntó que la salud en el estado se ha convertido en un negocio y en un nido de corrupción donde se protegen intereses, en perjuicio de los ciudadanos que son, al final de cuentas, quienes dependen de la atención médica que se ofrece en los diversos hospitales.
Castro expresó que el proteccionismo entre médicos es parte de una cuestión cultural, en la que, reiteradamente se niegan fallas, errores y otros hechos de esta naturaleza. El tema de las negligencias parece casi un tabú ante el que las instituciones de salud prefieren dar la espalda y guardar silencio.
“Yo seguí de cerca y conocí el drama de esta joven mujer que por una situación absoluta de negligencia médica perdió su vida y se destrozó a toda su familia; lo que más le duele a la familia y a sus parientes y a la comunidad es la irresponsabilidad y la indolencia con la que trata el estado estos casos”.
Por ello, aseguró la activista, es urgente activar órganos de control y mecanismos de revisión para regular las prácticas médicas tanto en el sector público como en el privado, y para dar seguimiento a los casos de negligencias que, como se hizo patente con Yesenia, cuestan vidas y dejan en la indefensión a muchos otros.
“Esta situación que pasó lastima directamente a la familia y también lastima a la comunidad porque el mensaje que se manda es de absoluta y total permisividad, no hay consecuencias, es una falacia que haya cultura de legalidad y un estado de derecho… Hay una falta de revisión de salud en los hospitales privados, en los médicos y en las medicinas no se diga, el gran negocio de las farmacias, es un gran pulpo; este caso concreto muestra una cuestión más extensa de nidos de corrupción y de falta de regulación del sector salud”.