Invitados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), delegación Chihuahua, en la tercera edición del festival “Sol de Acantilados” participaron las comunidades pimas de Yepachi y de ciudad Madera, dando una muestra de su cultura y tradiciones a través de una representación del Yúmare, ceremonia ritual de música y danza por medio de la cual agradecen a Dios por la salud, la lluvia y la buena cosecha.
Los pimas u o´oba, son uno de los cuatro pueblos indígenas originarios que habitan en el estado de Chihuahua, y sus principales comunidades se encuentran en la cabecera municipal de Madera y en el poblado de Yepachi, ubicado en el municipio de Temósachi.
El festival “Sol de Acantilados” se lleva a cabo cada año durante la Semana Santa en la zona arqueológica Las 40 Casas, como parte de la difusión del patrimonio cultural que realiza el Centro INAH Chihuahua. En este evento se forja un vínculo entre el legado arqueológico y las culturas vivas que habitan actualmente en la región, tal es el caso de los pimas, quienes compartieron parte de sus tradiciones a los asistentes a este evento.
“Esta vez estamos más organizados, más coordinados, y por ello decidimos hacernos vestimentas tradicionales para las danzas”, declaró Mario Rascón Miranda, miembro de la comunidad pima del municipio de Madera que participa por segunda ocasión en este evento, quien explicó que los trajes que portaron los 20 integrantes de su grupo para la presentación, fueron elaborados tratando de seguir las tradiciones originales.
“Nuestros trajes los hicimos con tela de gamuza de colores amarillo, café y morado para que fueran lo más parecido a los originales, ya que en el pasado se hacían con pieles de animales curtidas, teñidas con pigmentos naturales”, dijo, y agradeció el apoyo del INAH Chihuahua y del delegado Jorge Carrera Robles para la confección de sus nuevos vestuarios.
Explicó también que el Yúmare se compone de una serie de cantos y danzas, las cuales realizan durante tres días consecutivos. “En el Yúmare bailan las mujeres tomadas de las manos siguiendo el ritmo de las sonajas y el canto en lengua pima, y al mismo tiempo al compás de instrumentos de cuerdas, los hombres danzan el Pascol”, dijo.
Estas danzas fueron representadas también por los pimas de la comunidad de Yepachi, y finalmente ambas agrupaciones indígenas se unieron en una sola celebración invitando también a los espectadores a formar parte de la festividad, participando en los bailes de “los borrachos” y “el caballito”.
Mario Rascón habló también acerca de una nueva Asociación Civil que están conformando, por medio de la cual pretenden reforzar y dar continuidad a sus tradiciones en las generaciones presentes y futuras. “Lo que buscamos es hacer una gran comunidad pima en donde podamos vivir todos cerca unos de otros” comentó, y dijo que para ello están en trámites con el Registro Agrario Nacional para la adquisición de una propiedad en donde puedan agrupar a toda la comunidad pima de ciudad Madera, la cual está compuesta por 400 familias aproximadamente.
Explicó que el hecho de vivir alejados, no les permite conservar sus tradiciones de la mejor manera, ya que generalmente sus ceremonias y danzas duran varios días y es necesario pasar la noche en el lugar en el que se realizan. “Viviendo todos en una reservación buscamos conservar nuestras tradiciones de forma más libre, de esta manera nuestra cultura nunca se va a acabar”, mencionó.
Durante la presentación, Reyna María de los Ángeles Amaya, gobernadora de la comunidad pima de Madera, explicó que esto fue tan solo una muestra de las danzas del Yúmare, ya que la verdadera celebración dura tres días y se debe realizar durante tres años consecutivos. Asimismo, antes de finalizar, invitó a todo el público a formar parte del Yúmare que celebrarán durante el próximo mes de mayo. “Los invitamos para que sigan conociendo nuestras tradiciones y para que dancen con nosotros durante toda la noche”, comentó.
El festival “Sol de Acantilados” se realizó durante los días 24, 25 y 26 de marzo en la zona arqueológica Las 40 Casas ubicada en el municipio de Madera, Chihuahua, en donde además de la presentación de la cultura pima, hubo talleres de arqueología, pintura y arquitectura, así como presentaciones artísticas y recorridos por la zona arqueológica.