Este viernes se dio a conocer un documento mediante el cual una mujer de origen rarámuri, Manuela Cobo Armendáriz, presentó una queja formal en contra de Joaquín Solorio Urrutia, titular del Registro Agrario Nacional, en la ciudad de Chihuahua.
El escrito va dirigido al maestro Luis Cruz Nieva, director en jefe del Registro Agrario Nacional en la Ciudad de México, y ante quién la quejosa expuso la amarga experiencia por la que atravesó al realizar un trámite en la oficina Chihuahua, ubicada sobre el bulevar José Fuentes Mares, el pasado 22 de septiembre.
En el documento, de cuál se cuenta con una copia en este medio informativo, la señora Cobo Armendáriz narra como el pasado 22 de Septiembre acudió a las oficinas del bulevar José Fuentes Mares para hacer la inscripción de un trámite sucesorio, mismo que quedó a su nombre, tratándose de unas tierras que le pertenecían a un tío de ella que había fallecido.
La mujer se trasladó desde el ejido San Luis de Majimachi, del municipio de Bocoyna, hasta la ciudad de Chihuahua, acompañada de su pequeña hija a la cual tuvo que dejar en casa de una familiar para poder acudir al Registro Agrario Nacional a realizar el trámite.
La mañana del 22 de Septiembre la señora Cobo llegó a las oficinas del Registro Agrario Nacional entre las 10 y las 11 de la mañana, registrándose a la entrada y proporcionando los datos y la papelería respectiva para que le pudieran efectuar el trámite.
Unas horas después le recibieron su papelería y el trámite se llevó a cabo, motivo por el cual procedió a retirarse de las instalaciones del Registro Agrario Nacional y se dirigió a la casa de su familiar para recoger a su hija y poder regresar a su localidad.
Cerca de las 13:40 horas de ese mismo día y ya cuando el Registro Agrario Nacional estaba a punto de cerrar, Cobo recibió una llamada de parte de un habitante de el ejido donde ella vive, señalándole que le estaban marcando a él del Registro Agrario Nacional porque la querían encontrar a ella supuestamente porque algun requisito de su trámite no estaba correcto.
Luego de recibir esa llamada llegaron a su teléfono celular dos llamadas más, una del número
6142455960 y otra más del
6147551600, contestando en su momento y la persona del otro lado de la línea se identificó como Joaquín Solorio Urrutia, titular del Registro Agrario Nacional en la ciudad de Chihuahua, quien le dijo que debía de regresar al registro para aclarar algunos puntos.
La señora Cobo le manifestó a Joaquín Solorio que no contaba con recurso económico para poder regresar a las oficinas del RAN, ya que estaba en la casa de su familiar, sin embargo Solorio Urrutia le dijo que se regresara y que él le pagaba el viaje en taxi y que también cuando se retirara de las oficinas le pagaba el regreso a la casa de su familiar.
La quejosa le pidió 150 pesos a su familiar, tomó un taxi y se regresó a las oficinas del Registro Agrario, llegando a ellas ya un poco después de las 2 de la tarde, pasando de inmediato a la oficina de Solorio Urrutia quién al verla ingresar al recinto le dijo que ella se había robado una mochila con documentos que una persona había dejado olvidada en el sanitario del Registro Agrario Nacional.
La señora Cobo solo atinó a decir que ella no se había robado nada, que ella estaba en la oficina de Solorio solo porque le habían dicho que era para algo en su trámite y que no tenía la mínima idea de que la estaba acusando, sin embargo Solorio le dijo que era una ratera y que regresara la mochila porque en caso de no hacerlo le hablaría a la policía municipal.
La señora Cobo le manifestó a Solorio Urrutia que quería retirarse de la oficina ya que no se sentía cómoda con la acusación que le estaba haciendo, sin embargo Solorio Urrutia le dijo que no se iba a retirar hasta que no regresara lo que se había robado, motivo por el cual la señora Cobo comenzó a sollozar y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Luego de esto Solorio mandó llamar a una de sus empleadas, que al parecer se llama Martha, a quien le pidió que siguiera dialogando con la señora Cobo y la convenciera de que entregara la mochila que supuestamente se había robado, atinando la señora Cobo a decirles que si tenían videos de lo que había pasado en la mañana los revisaran para que vieran que ella no se había robado nada.
Cabe señalar que la señora Manuela Cobo estuvo retenida en contra de su voluntad en la oficina de Solorio Urrutia por más de una hora y media, y ya cuando determinaron que ella no había sido la persona que había tomado la mochila la dejaron salir de la oficina, siendo ya cerca de las 16:00 horas y sin un solo peso en la bolsa para poderse dirigir a la casa de su familiar.
Al salir de la oficina, la señora Cobo se dirigió caminando hasta la colonia Cerro de la Cruz lugar en el que vive su familiar, y donde tenía a su hija encargada, pidiéndole a su familiar que le dejara pasar la noche ahí ya que era muy tarde para poderse regresar a su poblado.
Al día siguiente, 23 de septiembre, la señora Cobo se dirigió a Bocoyna y al llegar a su ejido se dirigió ante la autoridad ejidal formal y a quién le refirió lo que le había pasado en la oficina de Solorio Urrutia, señalandole su autoridad que debía de quejarse ante los superiores de Solorio Urrutia por dicha conducta y hacerlo público, esto ya que había quejas anteriores del trato déspota y altanero por parte de Solorio.
Luego de esto Manuela Cobo Armendáriz se contactó con un par de abogados de la ciudad de Cuauhtémoc, Chihuahua, quienes escucharon la narrativa de la señora y procedieron a orientarla jurídicamente, aconsejándole que se redactara un escrito dirigido al jefe directo de Solorio Urrutia para que estuviera enterado de la conducta discriminatoria y agresiva que tuvo el funcionario hacia ella.
El escrito quedó debidamente concluido este viernes y aparte de estar dirigido al responsable directo de Solorio Urrutia también se extendieron copias para el Secretario de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano en la Ciudad de México, así como también para la encargada de derechos humanos en Guachochi, Mónica Espino, a la agrupación Ciudadanos Alertadores Internos y Externos de la Corrupción en la Ciudad de Méxicoz al sistema Nacional de Denuncias Ciudadanas, también en la Ciudad de México, al órgano interno de control del Registro Agrario Nacional, así como al Instituto Nacional de Pueblos Indígenas en la ciudad de Chihuahua y a la Comisión Estatal para los Pueblos indígenas.
La señora Cobo espera que su denuncia sea tomada en cuenta y que todas las instancias tengan conocimiento de los hechos y se inicie el trámite correspondiente para sancionar al funcionario.
Luego de presentar el escrito ante la instancia correspondiente, además de hacer llegar la queja hasta el más alto nivel en la Ciudad de México, la señora Cobo y sus abogados están contemplando llevar a cabo una rueda de prensa en días próximos en la ciudad de Chihuahua, esto para enterar a la opinión pública del trato prepotente y discriminatorio del señor Joaquín Solorio Urrutia hacia la quejosa y exhibiendo las malas formas que tiene el funcionario de dirigirse a quienes acuden a hacer algún trámite a dicha oficina.