Desplome de la izquierda chilena abre debate sobre su futuro político

Santiago. Los mínimos días transcurridos desde las elecciones del pasado domingo en Chile, y con la segunda vuelta presidencial del 14 de diciembre a la vuelta de la esquina, no han impedido un incipiente debate en torno a la suerte de la izquierda y las causales de porqué obtuvo lo que se describe como el peor rendimiento electoral en décadas.

Los 26.85 puntos de Jeannette Jara serían el menor porcentaje de sufragios de una coalición que va desde la democracia cristiana por el centro hasta el Partido Comunista.

Se comienza a hablar del fin de un ciclo político donde la izquierda institucional queda reducida a una mínima expresión.

En la publicación digital El Porteño (www.elporteño.cl), que se auto describe como una “revista de izquierda”, su director, Gustavo Vargas, publicó que “la primera vuelta ha dejado un escenario que expresa crudamente la magnitud del desplome: la extrema derecha —representativa, en conjunto, de casi 70 por ciento del electorado— se inscribe sin matices como la fuerza institucional dominante, mientras el oficialismo apenas logra una votación que lo relega a la condición de fuerza subsidiaria”.

Agrega que en el Parlamento, “el oficialismo sufre un desfonde histórico que liquida toda posibilidad de ejercer algún contrapeso y que, en términos políticos, lo convierte en un espectador irrelevante del proceso abierto”.

En la Cámara de Diputados, de 155 miembros, la extrema derecha y la derecha histórica totalizan 76; la centroizquierda 64 y el Partido de la Gente (PDG), una fuerza populista “antisistema” que compitió por segunda vez, se quedó con 14; lo cual la convierte en una “bisagra de oro” para dirimir.

Se plantea que lo sucedido sería una “pasada de cuenta” a la presidencia de Gabriel Boric, dice el politólogo Cristián Fuentes.

“El gobierno fracasó en muchas de las cosas que se propuso, hubo una mala administración, no termina bien. Ahora, para ser precisos, desde 2010, o sea, la primera presidencia de Michelle Bachelet, nunca se ha repetido un gobierno de idéntico signo, ningún presidente le ha dado la banda a alguien de su propio bando y parece que va a pasar lo mismo”, señala.

En cuanto al futuro de la izquierda, plantea que “tiene que establecer quiénes son sus representados, porque no sabe, los perdió de vista. Antes había un discurso y un proyecto de clase, eso no está claro ahora”.

El sociólogo Axel Callís dice que “en Chile lo que ha sucedido es un poco lo que ha pasado en Francia: los sectores vulnerables, obreros y de mayor fragilidad económica, han abandonado a la izquierda, a este gobierno. Los sectores que sostienen a Boric es la clase media y media alta, no son los pobres. Y ese es un gran problema porque si el sujeto político de la izquierda y la centroizquierda es la clase media y la clase media alta, hay un serio problema de coherencia política”.

Agrega que “ante todas las indefiniciones de la izquierda, la derecha aparece con definiciones bastante claras que le hacen mucho sentido a una parte importante de la ciudadanía” y que la falta de proyecto “es el gran problema que tienen la izquierda y la centroizquierda en Chile”.

Las izquierdas, añade, “van a tener que aprender a trabajar en unidad porque tienen un adversario que es mucho más potente y en sintonía con la ciudadanía, mucho más sensible a los cambios que están sucediendo en Chile y en el mundo”.


Source: Mundo

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