Rafael Contreras López, supervisor médico de epidemiología del IMSS en la Zona Juárez, advirtió que los días 25 de diciembre, la principal causa de demanda de servicios en las áreas de urgencias de los hospitales en esta ciudad, son las enfermedades gástricas a consecuencia de excederse en la Cena de Navidad.
Por ello, hizo un exhorto a la población derechohabiente y en general para ser moderados en la ingesta de alimentos y bebidas a fin de evitar que el festejo Navideño termine en una sala de hospital con la consecuente preocupación y angustia de todo el entorno familiar.
Dijo que por tradición, en la Cena Navideña donde suelen juntarse las familias se consumen en exceso platillos típicos ricos en grasas, azúcares y condimentos, además de bebidas con contenido alcohólico, elementos que favorecen la aparición de dispepsia -gastritis-, duodenitis y úlceras.
Principalmente la población adulta media, como de entre 25 y 44 años, suele presentar alteraciones digestivas que van de moderadas a severas, que en varias ocasiones deben acudir a los servicios de urgencias de un hospital.
Por ello, insistió el funcionario médico en que se recomienda mantener alimentación saludable y no subestimar los malestares de origen gástrico.
Explicó que el estómago y duodeno cuentan con una mucosa que los protege de los ácidos, pero cuando el equilibrio entre la mucosa y el ácido se altera, disminuyen los mecanismos de defensa del sistema gástrico y la acidez causa lesiones en sus paredes, y de persistir el problema puede llegar a convertirse en perforación de la mucosa gástrica.
Los factores que alteran este equilibrio son principalmente los malos hábitos alimenticios, dieta inadecuada, consumir, irritantes, el alcohol, el tabaco, el estrés, infecciones ocasionadas por el Helicobacter pylori, consumo de medicamentos como la aspirina, naproxeno, diclofenaco y otros analgésicos y antiinflamatorios
Los alimentos grasosos, las harinas, el café, las comidas picantes y el exceso de condimentos son del gusto en las cenas navideñas por lo que recomendó planear bien los platillos a fin de evitar complicaciones digestivas, sobre todo para aquellos pacientes que padecen alguna enfermedad crónica o han sido tratados para gastritis.
La dispepsia, comúnmente conocida como gastritis provoca dolor y ardor en el estómago, indigestión, inflamación y distensión abdominal. Cuando ya existe una úlcera puede haber sensación de vacío, pérdida de apetito, eructos, hipo, náuseas, salivación excesiva e incluso vómitos con presencia de sangre asociado a evacuaciones de color “achocolatado” debido a la sangre digerida.
En el caso de las úlceras gástricas, el dolor es más intenso localizado en el abdomen alto y se exacerba con los alimentos y disminuye con el ayuno, al contrario de las gastritis.
El especialista de la salud también recomendó: no auto medicarse si se padecen estos síntomas, pues solo se genera un alivio momentáneo y enmascara la enfermedad que en realidad puede seguir avanzando por años, retrasando un diagnóstico adecuado e impidiendo descubrir enfermedades más graves o complicaciones generadas por la misma.