La Secretaría de Marina participó con sus elementos en los simulacros de guerra convencional que se llevan a cabo en el Centro Nacional de Adiestramiento, en Santa Gertrudis, Chihuahua, el campo militar más grande que posee la Secretaría de la Defensa Nacional en el País.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) echó mano de unos 6 mil efectivos para recuperar una parte del territorio nacional invadida por un ejército enemigo.
El simulacro con fuego real forma parte del adiestramiento de los militares y sus mandos, y es donde se les permite utilizar armas combinadas que van desde desde fusiles hasta morteros.
En el ejercicio utilizaron como blanco un cerro ubicado dentro del campo militar de más de 150 mil hectáreas.
En la demostración fueron desplegados tres Generales, 60 Jefes (Coroneles, Tenientes Coroneles y Mayores), 485 oficiales (capitanes y tenientes) y 4 mil 752 elementos de tropa (sargentos, cabos y soldados).
Además fueron empleados 600 paracaidistas, 98 vehículos blindados, 396 vehículos de apoyo, 40 obuseros, 12 morteros, 37 aviones y 11 helicópteros artillados.
La Marina ocupó 137 elementos de tropa, cuatro vehículos artillados y dos helicópteros.
En su discurso, el General Cienfuegos, acompañado del Secretario de Marina, Vidal Soberón, llamó a la hermandad de las tres fuerzas armadas para hacer frente a los retos que enfrenta el País en materia de narcotráfico, desastres naturales y de seguridad nacional.
El Centro de Adiestramiento inició operaciones en 1999 con el objeto de que los mandos, tropas y la Fuerza Aérea realicen operaciones conjuntas con la Marina para capacitarse en acciones de defensa de la integridad, independencia y soberanía de la Nación.
Los ejercicios militares iniciaron con un desembarco aéreo con la infiltración de Fuerzas Especiales desde un helicóptero MI-17 y el salto de paracaídas desde aviones Casa C-295, Spartan C-27J y Hércules C-130.
De acuerdo con el procedimiento castrense, la misión de las Fuerzas Especiales fue eliminar francotiradores enemigos con el apoyo de una ofensiva aérea de aviones F-5, PC-7 quienes lanzaron cohetes para mermar al enemigo, supuestamente ubicados en un cerro, lugar que recibió toda la artillería.
Los aviones de reciente adquisición Texan 6C y helicópteros Cougar EC-725 y MD-530 funcionaron como apoyo a las tropas enviadas a la primera línea de fuego.
La arena del desierto prácticamente cubrió las operaciones militares ante los constantes fogonazos de morteros, cohetes y obuses.
En tierra fueron empleadas unidades blindadas que no dejaron de tirar cañones calibre 90 mm., además de otras unidades artilladas que fueron tomando posiciones para neutralizar a los invasores.
Unidades de Infantería del Ejército complementaron las operaciones de guerra convencional, en coordinación con baterías de tiro de la Marina.
Para los mandos que guiaron las maniobras militares, la operación conjunta del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, fue un éxito.
Fuente: El Mañana