En entrevista con Grupo Imagen Multimedia, el gobernador César Duarte relató que “es un milagro estar hoy, gozar de salud, de integridad, y ver la vida de otra manera. Bendito el cielo, bendito Dios que nos dio la oportunidad de estar aquí, y la responsabilidad continúa”, expresó tras el accidente de helicóptero que sufrió el viernes pasado, cuando viajaba en compañía de seis personas, entre ellas su esposa Bertha Gómez y la periodista Lolita Ayala.
“El susto mayor que llevé es cuando bajé a Lolita. Lolita estaba con el cinturón, mi esposa se lo quita, yo la tomo; Lolita seguía hablando, pero sin poder caminar, sin poderse mover. Al bajarla, Lolita traía una cortada en la parte superior de su cuello, y traía todo su cabello, el pelo corto, mojado de sangre. Yo juré que era una exposición de masa encefálica; me llevé el susto de mi vida. La arrastré hasta donde pude, porque en eso vi que el helicóptero estaba incendiándose; así es que fue un momento verdaderamente que o actúas o actúas. La pude mover hasta allá. Luego vine por mi esposa; ella sí bajó caminando, pero ya una vez acostada ya no se pudo mover. Yo creo que con su collar (Lolita Ayala) se cortó, en la parte superior del cuello, y por el lado posterior, debajo de la nuca. Era una cosa impresionante. No podía caminar por la fractura de su vértebra.”
Así narró el mandatario estatal los momentos que vivió cuando la aeronave en la que viajaban se desplomó, de una altura que él calculó en diez metros.
“Llegó Lolita de la Ciudad de México al concluir su noticiero del viernes. Nos fuimos a Moris ‒es un municipio muy alejado de Chihuahua; colinda con Sonora‒ a inaugurar una clínica, una clínica en la que Lolita siempre nos ayuda en la gestión, en las fundaciones, para equiparlas por cáncer de mama y este tipo de cosas que ella siempre está pendiente.
“A las 7 concluyó el evento, 7:15 empezó a llover, y finalmente salimos de ahí; cruzamos todas las barrancas. Es impensable que el accidente que sucedió caímos finalmente de diez metros, cuando cruzamos profundidades de más de 2 mil metros, que son las barrancas. Yo no sé qué hubiera pasado si esta circunstancia se hubiera dado en otro punto. Pasamos toda la Sierra Tarahumara y llegamos a otro lugar de la sierra llamado Balleza, y ahí íbamos a pernoctar porque hay un proyecto de otro hospital que está iniciándose su construcción para el equipamiento.
“Íbamos mi esposa, Lolita, su sobrino Rafael Tinajero, un compañera de Lolita de la Fundación, la tripulación y tu servidor. El piloto, al momento del viraje para la aproximación a la pista, al helipuerto, tuvo un descenso repentino el helicóptero, y en ese momento el piloto baja toda la velocidad y lo desploma.
“Afortunadamente estuve consciente de todo. Dicen que por eso tuve menos golpes. Me duele todo, pero la verdad es que me habían comentado lo que eran los efectos de un helicóptero y, al tocar las aspas el suelo, el helicóptero empieza a hacer una función como de licuadora; la cabina empieza a dar vueltas, una cosa espantosa, hasta que finalmente se detuvo.
“El sobrino de Lolita salió expulsado, yo me bajé; soy el único que no tiene fractura de los siete que íbamos en el helicóptero, ya sumada la tripulación. Fueron momentos muy difíciles, en los que damos gracias a Dios por estar aquí.”
Comentó que fueron instantes de desconcierto y susto, hasta que su equipo de seguridad llegó a rescatarlos.
“Llegó mi equipo de seguridad, que nos estaba esperando donde íbamos a aterrizar, pero como una hora tardaron en llegar. Era muy cerca; lo que sucede es que hay un lomerío, y nos estaban buscando a pie, hasta que nos encontraron.”
Mencionó que su esposa fue sometida a una cirugía el domingo por la tarde. “Le pusieron dos placas de 18 centímetros con ocho tornillos para fijar la doceava vértebra, que tenía el riesgo de colapsarse y afectar la médula”.
Dijo no haber sufrido episodios similares con el helicóptero del gobierno del estado, en el cual viaja constantemente.
“Es un equipo probado, de calidad, prácticamente nuevo. Fue adquirido en 2011. Difícilmente falla”, expuso el gobernador, y señaló que el peritaje habrá de determinar las causas del accidente.
Bendito el cielo, bendito Dios que nos dio la oportunidad de estar aquí, y la responsabilidad continúa”, finalizó.