Los trabajos mineros en Samalayuca se encuentran frenados, según la información proporcionada por el secretario de economía, Manuel Russek Valles. La exploración en la zona arrancó y se comprobó la existencia de especies, pero se aseguró que la actividad no afectaría.
En días pasados, organizaciones civiles demandaron a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) el retirar la concesión a la empresa encargada, manifestando que existen más de 400 especies, algunas endémicas, entre las que se comprenden un total de 248 de flora y 154 de fauna.
Además de las afectaciones que aseguran las asocaciones se tendrán en la región, otra problemática alertada por las organizaciones es que la intervención del área aumentará la escasez del agua en la zona. Russek Valles detalló que actualmente la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez está realizando consultas públicas para definir posteriores acciones.
Se ha acusado que los intereses económicos se han posicionado por encima de los ambientales. El mismo secretario de economía manifestó que explotar la zona vendría a dar beneficio a una región deprimida economicamente hablando y generaría empleos para los habitantes.
Valles detalló que la información que mantiene la secretaría es que la Semarnat y su área de zonas protegidas están haciendo validaciones para comprobar que no se atente contra las especies, por lo que las actividades estarán frenadas hasta que no se tengan los resultados.
El proyecto en las inmediaciones de la reserva natural se mantuvo en sigilo durante algunos años debido a las complicaciones para obtener permisos.
Cerca de las inmediaciones donde se instalará la planta minera se encuentra el sitio arqueológico Los Petrograbados de Samalayuca, según posicionaron en las redes sociales los defensores de las tierras naturales, agregando que aunque se mencionó que no se intervendría en el área abierta a público se entiende que un sitio arqueológico no es solamente el área pública sino el espacio que fue utilizado por antiguos pobladores.
Con lo anterior se señala que “esto involucra igualmente el contexto natural del cual formaron parte los grupos cazadores recolectores”, explicando que la explotación en dichas tierras involucrará un daño y alteración del paisaje que conforma el desierto chihuahuense.