La madrugada del pasado jueves 6 de agosto, parecía ser un turno normal para los médicos y enfermeros de guardia que laboran en la sala de urgencias del Instituto Municipal de Pensiones brindando atención a no más de 5 personas que en su momento requerían una curación, o sutura, incluso control de dolor causada por una enfermedad.
El tiempo transcurría con normalidad, hasta la llegada de Lizeth Manquero, una mujer que presentaba 40 semanas de embarazo, y que en su hogar comenzó a sentir fuertes contracciones que le obligaron acudir de urgencia al instituto médico.
Eran las 04:18 de la mañana, los enfermeros en turno se mostraron sorprendidos ante el parto furtivo, debía ser atendido de inmediato, pues un nuevo bebé venía en camino, la situación suena normal en la mente de Erwin y David, sin embargo no es común que un parto se atienda en el área de urgencias.
El dolor y las contracciones no cesaban, Lizeth y su esposo Jorge Palacios quien labora en obras públicas, con gran nerviosismo e incertidumbre -pues resulta ser una experiencia desconocida para ellos- aguardan en lo que se realiza la valoración por parte de Alberto Olivares, médico en turno, que con premura gira instrucciones para atender a la brevedad al bebe por nacer.
En una de las camillas que se ubican en una de las áreas de reposo, se recuesta a Lizeth, quien tomada de la mano, recibe palabras de aliento por parte de su esposo, quien con evidente emoción y nerviosismo, se mantuvo a un costado para presenciar la labor de los enfermeros que darían la bienvenida al nuevo integrante de la familia.
Fueron 40 minutos de labores para que finalmente el recién nacido pudiera estar en brazos de su madre, con un perfecto estado de salud, quien manifestó no esperar al niño de esta manera tan sorpresiva.
Lizeth Manquero y Jorge Palacios, con gran felicidad, pero con una notoria fatiga tras la sorpresiva jornada, agradecieron la labor de los enfermeros y médico de turno, pues fueron minutos complicados que concluyeron en un final feliz, pues supieron atender la situación en un ambiente no esperado y con gran profesionalismo.
Gilberto Baeza, titular del Instituto de Pensiones, señaló por su parte, que esto representa una prueba de la calidad del personal que labora en el centro médico, ya que a pesar de que las salas de urgencias no son las habituales para dar a luz a un nuevo ser, el personal supo manejar la situación del parto furtivo, imperando las condiciones saludables para la madre y el recién nacido.
Añadió que una vez estabilizados madre e hijo fueron enviados en ambulancia a cargo del señor Roberto Barraza al Sanatorio Palmore para su mejor atención, y recuperación.
El hecho causó tal revuelo entre el personal, que no faltaron los detalles y artículos para bebés, donados por el IMPE, así como arreglos florales para la familia Palacios, quienes agradecieron el trato y hospitalidad del personal de urgencias.