La senadora chihuahuense, Lilia Merodio, en su calidad de presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, presentó en el recinto legislativo el dictamen por el que se reforma el artículo 8 de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores para eliminar la discriminación hacia estas personas por su origen étnico, nacional, género, edad, discapacidades, condiciones de salud, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra que atente contra su dignidad humana.
La legisladora expresó que si bien aún falta camino por recorrer, “también lo es que en el Senado de la República hemos impulsado acciones para erradicar la discriminación por motivos de edad, sexo, religión, condición social y cualquier otra que impida la integración de la sociedad”.
Es importante mencionar que como antecedente, en el 2011 se aprobó una reforma la Constitución Mexicana en materia de derechos humanos, donde se reconoce las prerrogativas de derechos humanos y convalida los tratados internacionales suscritos por el Estado mexicano.
En esa reforma se estableció la obligatoriedad de las autoridades de promover y respetar los derechos fundamentales del individuo, garantizando su goce bajo principios de universalidad, interdependencia, invisibilidad.
Mencionó que el sentir del 40 por ciento de la población adulta mayor, durante la Segunda Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010, perciben como uno de los principales problemas que padecen es la dificultad de encontrar trabajo. Asimismo, seis de cada 10 personas en México consideran que los derechos de los adultos mayores no se respetan.
Por estos motivos, dijo, “los integrantes de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, coincidimos en la necesidad de fortalecer el marco jurídico nacional y establecer mejores y mayores elementos que armonicen las estrategias tendientes a erradicar la discriminación y con ello fomentar un ambiente de integración en igualdad de condiciones a partir de la persona y no de las particularidades que lo conforman”.
De esta manera, continuó, se fortalece el derecho a la no discriminación de las personas adultas mayores y se consolida la inclusión, respeto, dignidad y calidad de la vida para ese sector de la población para que no sean vulnerados sus derechos por motivos como su origen étnico, nacional, género, edad, discapacidades, condiciones de salud, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra que atente contra su dignidad humana.