La diputada María Isela Torres Hernández, a nombre de la Fracción Parlamentaria del PRI en el Congreso del Estado, exhortó al gobernador del Estado, Javier Corral Jurado, para que en sus giras de trabajo en el Municipio de Juárez y en todos y cada uno de los municipios del estado, se invite y se procure la presencia del Presidente Municipal respectivo.
En su exposición de motivos, explicó que los presidentes municipales son, por definición histórica y constitucional, las autoridades más cercanas al pueblo; es ahí donde a través de las autoridades locales el Estado adquiere presencia y realidad.
En este sentido, dijo que las autoridades municipales merecen el máximo respeto del gobierno del estado y de las dependencias federales, tanto por razones jurídicas como políticas, pues la coordinación de programas, políticas y acciones gubernamentales es más eficaz cuando se reúne el mayor número de energías, voluntades y recursos, ofreciendo con ello una imagen de fuerza pública cimentada en principios, valores y reglas democráticas.
“En días recientes, en su visita de trabajo al Municipio de Juárez, el Gobernador del Estado omitió la presencia del Alcalde de Juárez, que es a la vez presidente del Ayuntamiento y Presidente municipal con atribuciones administrativas”, señaló la legisladora.
Recordó que la autonomía de los municipios es un principio básico en el régimen político y de gobierno. “No obstante ello, la autonomía no significa aislamiento o insularidad política. Por petición de principio, la autoridad municipal merece el respeto que le fue otorgado democráticamente en elecciones libres; es la autoridad que conoce de primera mano las necesidades y propuestas de la población municipal; es la autoridad enteramente visible del Estado, la voz de gente real, de problemas reales, de aspiraciones justas”, dijo.
Agregó que no se entiende la gobernabilidad democrática si el Gobierno del Estado no aprovecha el potencial participativo de las comunidades municipales, representadas por el Presidente Municipal.
“Gobernar es incluir, no excluir; gobernar es contenido y son formas; gobernar es proyecto y es manera; gobernar es sustancia y es circunstancia. Todo lo cual requiere que los gobernantes sean capaces de unir esfuerzos y recursos, más allá de diferencias de partido, de ideología o de cualquier otra especie. Como decía Madero: “La capacidad democrática se demuestra haciendo democracia”, sentenció.
Finalizó diciendo que la gobernabilidad es un asunto demasiado serio para asumirlo de manera personal. Si se pretende gobernar democráticamente, se precisa, en primer lugar, la práctica de la cortesía y el respeto; gobernar con eficacia no es posible si el gobernante decide su vida pública discriminando o excluyendo.