La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el máximo documento jurídico en el país que tiene como principio salvaguardar los derechos humanos de los mexicanos, está siendo traducida en más de las 64 variedades de lenguas indígenas que existen en México, incluyendo las 4 lenguas de Chihuahua que son: el Tepehuán, Guarojío, Tarahumara y Pima.
Así lo dio a conocer Enrique Servín Herrera, coordinador del Programa Institucional de Atención a Lenguas y Literatura Indígenas del Instituto Chihuahuense de la Cultura, quien trabaja en la elaboración de la segunda edición de la traducción de nuestra Constitución, por por instrucciones del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) para “actualizar” la primera edición en consecuencia de las reformas constitucionales que el sexenio presidencial actual ha realizado.
La primicia de este nuevo documento trae consigo simbolizar la unidad política, territorial y jurídica incluyendo las diversas etnias que forman parte de esta gran conglomeración de sociedad y territorios que es la Federación de México; haciendo elocuencia que actualmente, por desgracia, en muchos de los pueblos indígenas en los que persisten sus lenguas originales, no existe una cultura jurídica, incluso cultura en los derechos.
“Se espera que con el tiempo, la traducción de la Constitución tenga una aplicabilidad real y una utilidad jurídica, por el momento es sumamente difícil ya que los idiomas no cuentan con vocabulario jurídico, y es muy difícil expresar en las lenguas indígenas los conceptos jurídicos que tienen un origen de más de 2 mil años en la tradición jurídica occidental”, manifestó Enrique Servín.
En este proyecto participan traductores capacitados por la Coordinación Estatal de la Tarahumara, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y el Instituto Chihuahuense de la Cultural; con la colaboración del poeta, músico y promotor cultural Martín Makawi, la maestra Tirsa González, la lingüista Flor Ester Morales, Marcelo Palma y Miguel Manuel Parra.
Se espera que para el mes de febrero del 2016 pueda presentarse el documento al menos en formato digital, con todo el trabajo de modernización, actualización y enriquecimiento léxico de la traducción. La culminación de este proyecto podría coincidir con la celebración del día Mundial de la Lengua Materna que se celebra el 21 de febrero.
Servín Herrera declaró que el mayor reto para lograr finalizar con éxito el documento, conjunto a su misión de unificar, es el lexicográfico, ya que no existen términos jurídicos en la mayoría de las lenguas indígenas, específicamente en las lenguas que existen en el estado de Chihuahua.
“Si a una persona que no tiene formación en el habla se le pregunta qué es un recurso o qué es un juicio de amparo, no sabrá de lo que se le está hablando porque se trata de términos sumamente precisos, para lo cual es necesario contar con una preparación y una formación específica”, agregó Servín.
En el caso de Chihuahua, los términos jurídicos no existen en el Tepehuán, Guarojío, Pima incluso en el Tarahumara por lo que no cuentan con un inventario de palabras que les refleje el sistema jurídico del resto del país. Esto significa que cualquier artículo de la Constitución que se tome para ser traducido requiere de un análisis muy pormenorizado en cada uno de los términos para tratar de encontrar equivalencias o circunloquios que expresen al idioma indígena.
Este es un trabajo de adaptación y también de generación de términos nuevos, es decir de neologismos tipo jurídicos. En la primera edición que fue hecha con mucha premura fue una adaptación simbólica, “pero en esta segunda edición de la constitución que se está realizando, adaptamos las nuevas reformas de la presente administración federal, se espera incluir un mayor número de neologismos para poder enriquecer paulatinamente la lengua y verla capaz de expresar la cultura jurídica de los Estados Unidos Mexicanos”, concluyó el maestro Servín Herrera.