Adriana es taxista, sin saberlo trabajó con coronavirus; ahora recibe amenazas

“Estoy deprimida por mi aislamiento”, confiesa Adriana, taxista, quien es uno de los mil 215 casos confirmados de coronavirus (Covid-19) en México, informaron Fórmula y Milenio.

Aunque no sabe exactamente dónde contrajo el virus, recuerda que días antes de comenzar con los síntomas llevó en su taxi a tres asiáticos, a quienes trasladó del Metro Ciudad Azteca a la Plaza Las Américas; “el único contacto que tuve con ellos fue cuando pasamos el dinero”, asegura.

“Yo estaba trabajando, me tocó llevar a tres asiáticos, chinos, no sé; los llevé a la Plaza Las Américas. Eran tres varones, dos adultos y un joven, el joven llevaba cubrebocas. Yo los llevé, los subí, ellos iban platicando en su idioma. El único contacto que tuve con ellos fue cuando pasamos el dinero y de ahí yo seguí trabajando, seguí mi vida normal”, narró la mujer de 37 años de edad.

Después de 10 días de dicho viaje, que ocurrió la última semana de febrero, Adriana comenzó a tener diarrea, dolor de cabeza, fiebre y dolor de pecho, malestares le duraron entre tres y cinco horas.

“Honestamente yo dije, ‘ya me enfermé de la garganta, una gripita, algo así ligero’, porque de hecho yo no tenía moco”, confesó.

Ese mismo día, el 12 de marzo, acudió al Hospital de Las Américas, del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), en Ecatepec, donde le detectaron influenza tipo J11, por lo que le recetaron paracetamol y naproxeno, y la enviaron a su casa.

Sin embargo, “las fiebres no bajaban. El malestar en el cuerpo no bajaba. Mi respiración era rara, de repente estaba bien, no pasaba nada, hasta me decía a mí misma, ‘ya me voy a curar’, y de la nada se aparecían otra vez”, contó en entrevista para Telediario.

Así que acudió al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), el 20 de marzo, donde le hicieron la prueba de coronavirus, que le costó mil 492 pesos, misma que dio positiva.

Adriana confiesa que la enfermedad es dolorosa, no solo físicamente también por los ataques que ha recibido al ser una paciente de Covid-19.

“A mí, de cuatro días para acá, de la nada empiezo con ardor en la piel. Es un ardor como si me hubiera caído aceite hirviendo y es en todo el cuerpo. Es un ardor que no me lo para ni el baño ni el ventilador, no tolero ni el roce de la ropa ni el roce de cobijas ni nada. Es doloroso y no nada más son doloroso los síntomas de la enfermedad, son dolorosos lo que uno puede sentir como persona porque no lo entiende la gente, la gente te ataca”, lamentó.


Source: Mexico