Las aduanas del país se encuentran en un proceso de blindaje anticorrupción y de malas prácticas con el fin de fortalecer el comercio legal en México, ya que participan con 26.5% de la recaudación nacional, afirmó Ricardo Treviño, administrador general de Aduanas en el Servicio de Administración Tributaria (SAT), informa El Economista.
“Como lo es la administración de las aduanas en el mundo, el gran reto es encontrar un equilibrio entre la facilitación y el control, ello sin afectar el flujo de mercancías y el comercio legal en México”, indicó en entrevista.
De acuerdo con datos del órgano recaudador del país, de enero a septiembre de este año, la recaudación de impuestos derivada de las operaciones de comercio exterior es de 489,600 millones de pesos, cifra que evidencia que las aduanas participan con 26.5% de los ingresos totales del erario público.
Reconoció que en México cada región y por ende cada aduana tiene su propia coyuntura y problemáticas, es así que en la medida de sus capacidades y posibles malas prácticas se van tomando las acciones correspondientes para evitar actividades que dañen la economía y a los empresarios.
Además, indicó que 90% de las operaciones de comercio exterior se llevan a cabo en nueve aduanas del país, aunque —no se debe pasar por alto— existen actividades irregulares en las aduanas de la frontera norte y sobre todo en la de Ciudad Juárez.
Cuestionado sobre las acciones y los avances que el fisco ha tomado para cerrarle la brecha a la corrupción (malas prácticas propiciadas por agentes aduanales) en las adunas del país, respondió: “En caso de detectar que algún servidor público lleva a cabo irregularidades o mal comportamiento, se tomarían las medidas respectivas como la denuncia penal y una sanción; hasta el momento no se tienen casos de este tipo”, acotó Treviño.
Para cerrarle la puerta a este tipo de prácticas compartió que constantemente se capacita y se actualiza a todo el personal para refrendar los valores de la institución y perfil laboral; hay un programa de rotación periódica cada tres o cuatro meses para que las personas no presenten sesgos, riesgos o tratos especiales.
“La automatización de los procesos que estamos llevando a cabo resta la discrecionalidad en el personal y en la toma de decisiones. Con la última reforma de la ley aduanera del 2013 se perfila a ir a un despacho aduanero 100% electrónico sin la intervención del personal”, agregó.
Fuente: El Economista