Al ofertar la energía, México escondió el riesgo del narco bajo la alfom

El gobierno de México abrió en sector energético a la inversión privada y extranjera sin tomar en cuenta la amenaza que los cárteles de la droga representa para los inversionistas y el país en general, criticó una publicación estadounidense que se pregunta si esta reforma, una de las más polémicas del sexenio, traerá consigo una cuota de sangre.

“¿Habrá sangre?” se preguntó el semanario estadounidense US News & World Report sobre la decisión del Gobierno de México de abrir su sector, pero “olvidando” las amenazas de los “despiadados” cárteles del narcotráfico que asolan el país, al menos que “Peña Nieto pueda obligar a los cárteles a no atacar a las empresas extranjeras de petróleo y gas”.

El reportaje publicado en la edición impresa del semanario y firmado por Alan Neuhauser, enfatizó que desde la fuga del líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, del Centro Federal de Readaptacion Social de Máxima Seguridad Número 1 de El Altiplano, en el Estado de México, el pasado 12 de julio, se pone en duda la capacidad del Gobierno mexicano de poder contener la violencia del narcotráfico y la corrupción que también amenaza a la inversión extranjera en el sector energético.

Miriam Grunstein Dickter, profesora de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y abogada comentó a la publicación que recientemente una empresa, a la que asesoró, que actualmente construye un oleoducto en el desierto (cuyo nombre y ubicación no quiso revelar), sufrió el acoso de los cárteles del narcotráfico.

Recientemente, la empresa tuvo que detener sus trabajos, ante la amenaza de un cártel.

“Después de las 17:30, cuando los cárteles de las drogas comienzan su movimiento, los trabajadores del oleoducto tienen que abandonar el sitio. El cártel dejó muy en claro que si los veían (a los empleados de la empresa) después de las 5:30, serían masacrados. Así que tenían que llegar a un ‘acuerdo’”, dijo Grunstein.
“Es muy espeluznante, pero así es como esto funciona”, dijo la profesora universitaria al semanario.

Las compañías de petróleo y gas están acostumbradas a trabajar en paises como Angola, Colombia, Indonesia, Nigeria o Papua Nueva Guinea, por no hablar de Irak después de la invasión estadounidense, según la publicación.

“Ahora México pronto podría unirse a esa lista. El año pasado, justo cuando el país estaba hambriento por dinero en efectivo, el Presidente Enrique Peña Nieto anunció que el país permitiría que empresas extranjeras perforaran su subsuelo en busca de petróleo y gas junto a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), que ha controlado la exploración y producción desde 1938″.
Sin embargo, dice el semanario estadounidense, el plan del Gobierno mexicano viene con un “montón” de riesgos, ya que las esperanzas de la inversión extranjera en el sector de petróleo y gas, estarán o no en crisis en gran medida en base a la capacidad del gobierno federal para contener a los poderosas y “a menudo despiadadas” organizaciones criminales como Los Zetas y el Cártel de Sinaloa.

AMENAZA FUERA DE CONTROL

Los expertos consultados por el semanario señalaron que el hecho de que el Gobierno mexicano pueda controlar a los cárteles es “una débil esperanza”, más ahora que falló de forma “masiva” la seguridad en el escape de “El Chapo” a través de un túnel de un kilómetro y medio de extensión, lo que “disminuyó la poca confianza que se mantenía en la capacidad de México para proteger incluso los activos más valiosos entre sus delincuentes”.

“Mira lo que pasó con ‘El Chapo’”, le dijo al semanario Jorge Piñón, un experto en energía de México en la Universidad de Austin, Texas, en referencia a Joaquín Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa. “El sistema político de México, la economía, el crecimiento, todo está en riesgo hoy a causa de lo que está pasando, y no han sido capaces de controlarlo [Peña Nieto y sus funcionarios]“.

US News & World Report aseguró que en la actualidad los cárteles ya controlan con “peajes” los transportes de carga que cruzan la mayoría de las vías del norte de México, “hogar” de enormes depósitos de esquisto de petróleo y gas.

Los expertos dijeron al semanario estadounidense, que las bandas del crimen organizado también extorsionan a los responsables de las instalaciones industriales con una especie de renta o cuota de protección, además de que roban el petróleo de los oleoductos de Pemex, lo que le dejó pérdidas por más de mil millones de dólares, tan sólo en 2014, según estimaciones de la compañía.

Además, los robos suelen resultar desastrosos, publicó el medio, recordando una tubería que explotó en el año 2010, matando a 30 personas (entre ellas alrededor de una docena de niños).

Indicó también que los trabajadores del sector energético no son inmunes a los ataques del narcotráfico, y citando al diario The Wall Street Journal, recordó el caso de dos ingenieros de una empresa de topografía con sede en Houston, que fueron secuestrados en 2013, y liberados sólo después de ser rescatados por la Policía y los infantes de Marina mexicanos.

Documentó el caso de ocho trabajadores de una compañía energética mexicana privada, quienes habrían desaparecido en 2012.

“En países como Colombia, aunque las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] volaban una estación de bombeo, se sabía quiénes eran”, dijo Piñón. “En México, estas no son necesariamente organizaciones políticas, éstas son las organizaciones criminales, muy violentas, mucho más difícil de establecer algún tipo de reglas de caballeros”.
El semanario también citó a Antonio Garza, ex Embajador estadounidense en México durante la Presidencia de George W. Bush, quien dijo anteriormente que el gobierno mexicano tiene un “tiro de jugador” para proporcionar la seguridad adecuada, sin embargo, la necesidad de una cierta apariencia de control es grave.

Aunque México tiene grandes reservas de petróleo y gas natural, ha estado paralizado por el “envejecimiento” de la infraestructura, la tecnología obsoleta, la burocracia y la corrupción incrustada y “atrincherada”, dijo el ex Embajador.

El medio estadounidense aseguró que las grandes empresas extranjeras como BP, ExxonMobil, Shell, Statoil y Total, tienen el know how para romper esas ataduras.

“La situación de seguridad es tan volátil, que no vamos a ver ninguna inversión”, advirtió David Goldwyn, presidente de Goldwyn Estrategias Globales y miembro senior de Adrienne Arsht Center de América Latina del Consejo del Atlántico.

“Usted va a ver muy pocas empresas petroleras internacionales licitando en esta concesión [la de las reservas profundas que el gobierno de México postergó recientemente] debido a la cuestión de la seguridad”, dijo Piñón, de la Universidad de Austin. “No van a enviar a sus empleados (especialmente sus empleados nacidos en el extranjero) a esta área en el norte de México”.
US News & World Report dice además, que los sitios no convencionales de petróleo y gas que emplean prácticas como fracturación hidráulica (fracking) están a menudo más dispersos que una instalación de perforación centralizada, por lo que es mucho más difícil proteger a los trabajadores de la extorsión, del secuestro y otros ataques.

Los policías federales mexicanos han establecido una unidad especial para ayudar a proteger a las empresas de energía extranjeras, pero los expertos no son optimistas, finalizó el semanario estadounidense.

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