Los pueblos indígenas tienen mayores índices de analfabetismo, un menor promedio de años de estudio y las complicaciones y condiciones de los centros escolares para ellos son mucho más críticas que entre la población general. El Estado mexicano debe redoblar esfuerzos para garantizar el acceso a la educación esas comunidades.
El Panorama educativo de la población indígena 2015, elaborado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), que se presentó ayer, asienta que el promedio nacional de analfabetismo es de 6.3 por ciento, pero entre personas de comunidades originarias alcanza 19.2 y se eleva a 25.1 por ciento en los hablantes de una lengua indígena.
En términos generales, el nivel de escolaridad nacional es bajo, un promedio de 8.9 años, pero entre los indígenas (hablen o no una lengua materna) es de 6.7 años académicos y entre quienes hablan un idioma originario (manejen o no el español) es apenas de 5.6 años de escolaridad.
Uno de los obstáculos que enfrenta la educación indígena –agrega el documento– es la diferencia lingüística entre estudiantes y maestros: en cuatro de cada diez escuelas, donde ambos hablan una lengua originaria, no se trata de la misma.
En el país habitan poco más de 11.9 millones de indígenas, cifra que representa 10 por ciento de la población total. De ellos, casi 4 millones tienen entre tres y 17 años, por lo que están en edad de cursar la educación obligatoria.
El panorama señala que en 2014, 78.6 por ciento de las niñas, niños y adolescentes de hogares indígenas y 90.8 por ciento de los hablantes de lengua originaria se encontraban en situación de pobreza, por encima de la media nacional, que es de 53.9 por ciento.
Los estudiantes pertenecientes a ese sector están presentes en todo el sistema educativo nacional, pero su presencia disminuye conforme avanzan los niveles escolares. En primaria 99 por ciento de la población de 6 a 11 años en general asiste a la escuela, pero entre indígenas baja a 97.6 y a 96.2 por ciento en los hablantes de una lengua indígena. Las cifras en bachillerato son: 74.8 en general, 65.2 en indígenas y sólo 58.2 por ciento de quienes manejan un idioma originario asisten a ese nivel.
Foto
Las carencias educativas de la población indígena del país son detonantes del rezagos en la calidad de vida de ese sectorFoto María Luisa Severiano
Dos de cada 100 estudiantes de primaria general tienen dos o más años de rezago (extraedad grave), mientras que en las primarias indígenas son nueve de cada 100.
El mayor porcentaje de alumnos con nivel de logro por debajo del básico en la prueba Excale (2012) se encuentra en primarias indígenas. En español, 75 por ciento se ubicaron en ese nivel, y en matemáticas 65 por ciento. En comparación, en las escuelas urbanas públicas los porcentajes fueron 37 y 36 por ciento por debajo de lo básico, respectivamente.
Instalaciones educativas con carencias
El reporte agrega que las condiciones materiales y la infraestructura en el servicio educativo indígena presentan carencias importantes en todos los niveles. Por ejemplo, en las primarias este sector 24.7 por ciento no disponen de baños, 28.9 no cuentan con mobiliario para docentes en al menos un aula, 21.2 no lo tienen para al menos un alumno y 18.1 tienen techo de materiales no durables.
Durante la presentación del panorama, Isabel Crowley, representante en México de Unicef, aseveró que los pueblos originarios son los que requieren mayor atención de las autoridades educativas, la cual se debe basar en tres factores: con la presencia de profesores que hablen la misma lengua que los menores, escuelas en condiciones óptimas y que la formación académica tenga en cuenta su cultura.
La consejera presidenta del INEE, Sylvia Schmelkes, informó que muchas de las estadísticas del reporte se tomaron del censo de educación elaborado como parte de la reforma educativa por la Secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, pero algunas no son del todo precisas, pues ante las movilizaciones por esa reforma el censo no incluyó estadísticas completas de Guerrero, Chiapas y Oaxaca, estados con mucha población indígena.
Fuente: La Jornada