Aprende cómo controlar tus finanzas

La economía personal y situación financiera de
las empresas requieren de un cuidado especial para mantener su equilibrio y
evitar sorpresas desagradables. La planificación y la correcta organización de
este ámbito es la mejor forma de conseguir este objetivo de estabilidad
económica, seguridad y control.

Para ello es necesario hacer un estudio previo de los gastos, la capacidad de
ahorro y la entrada de liquidez que te permita tener una visión global y
encontrar los mejores caminos para resolver posibles errores que te estén
haciendo perder dinero o ahorrar con menos eficiencia. De este modo es posible
mantener el orden y controlar la situación permitiendo tomar mejores decisiones
en el ámbito económico.

Para tener esa visión general que permita
conocer el estado real de tus finanzas domésticas o de las de tu empresa es
importante que tengas claro cuál es el balance entre los activos y los pasivos.
Esto significa que tendrás que valorar qué cosas aportan valor y cuáles generan
gasto. Dentro de los activos podemos incluir los ahorros, las propiedades como
inmuebles, la nómina o el dinero que entra por otro tipo de actividades como la
venta o el alquiler de bienes.

Por su parte, los pasivos serían las deudas generadas por hipotecas y letras o
los pagos que se han de realizar como la luz, el gas, el agua, la alimentación,
etc.

Con estos datos ya puedes hacer una proyección de futuro y planificar
tu situación financiera
en base al estado previsible de tu economía a lo
largo de los siguientes meses. Sin embargo, tienes que contar con un margen de
error que vendrá determinado por gastos imprevistos como rotura del coche,
desperfectos en casa o en el local, situación imprevista de paro laboral u
otros posibles riesgos que puedan acaecer.

Planificación de futuro

Una vez fijada la imagen real de tu economía, puedes comenzar a realizar planes
de futuro fijando una serie de objetivos reales que se ajusten a las
posibilidades marcadas en la valoración de activos y
pasivos
.

De este modo, es recomendable siempre fijar como objetivo principal acabar con
las deudas para no caer en el riesgo de aumentarlas en el futuro. Recuerda que,
aunque el resultado de la balanza sea muy positivo, la llegada de un imprevisto
puede hacer que todo cambie de un momento a otro.

A partir de ahí, se puede hacer un listado con un orden por prioridades en el
que se de mayor importancia a lo que sea más necesario. Podemos estar hablando
de ahorrar para hacer una reforma en el local de tu negocio o de hacer una
escapada de vacaciones para relajarse y desconectar por unos días. Las
prioridades y las necesidades serán específicas en cada caso y conviene
estudiarlas con detenimiento para establecer qué es más necesario y qué otras
cosas se pueden postergar.

Las deudas: un lastre a eliminar

Como se ha mencionado, las deudas deben ser una prioridad máxima en cualquier
planificación de la economía personal. Para lograr eliminarlas y aumentar
tu capacidad de liquidez
puedes seguir algunas estrategias conocidas que
ayudan a hacerlo más fácil y controlar mejor la evolución del pago.

– Empezar eliminando la deuda que suponga menos gasto. Será más fácil acabar
con ella y cuando se sume a otra irá desahogando la situación poco a poco para
hacer frente con más facilidad a las deudas mayores.

– Acabar primero con la deuda que más inquietud te provoque. Así eliminarás
sufrimiento y será más sencillo hacer frente a cualquier desestabilización.

– Acabar con las deudas que generan un mayor interés. El interés se va
incrementando por lo que es interesante acabar primero con las que cuenten las
cifras más altas.

La razón como arma principal

Tomar decisiones sobre la base de la información correcta y completa es
imprescindible para acertar en este ámbito. Al mismo tiempo, la improvisación y
el dejarse llevar por los impulsos no suele traer ninguna alegría en el terreno
económico. Lo cierto es que informarse a través de los canales adecuados y
tomar decisiones fundamentadas sobre la razón y la serenidad son los dos
pilares fundamentales que te ayudarán a mantener el control de tus finanzas.

Al mismo tiempo, mantener el control también ayuda a no caer en una obsesión
acerca de las finanzas que puede llevar a un estrés excesivo y una ansiedad
innecesaria. En el otro lado de la balanza está la actitud más pasiva que lleva
a la dejadez y, con ello, a la pérdida de control total sobre cuánto tienes y
cuánto gastas. En ambos casos el resultado puede ser desastroso y, por tanto,
hay que apelar de nuevo a la razón, la información y el equilibrio.

Las finanzas se administran mejor con la cabeza fría. Únicamente necesitas un
control periódico y un plan a largo plazo que permita posibles variaciones y
desequilibrios de la situación económica personal.


Source: Mexico