Armas usadas en crímenes llegan a México de manera legal desde EU

Un alto porcentaje de las armas que alimentan al crimen organizado en México llegan legales. Y en su mayoría vienen desde Estados Unidos. El problema es que las autoridades lo saben y no hacen nada: ni tienen un sistema de rastreo de armas, ni atacan los lugares de tráfico. Y no hacen nada aunque hay sospechas de que muchas de esas armas podrían estar siendo filtradas a los criminales desde las Fuerzas Armadas.

A esa conclusión llega un amplio análisis realizado por dos expertos internacionales en tráfico de armas, resumido en un ensayo que da hoy a conocer el Global Post.

Muggah es director del Igarapé Institute en Río de Janeiro, director de SecDev Foundation y miembro del World Economic Forum. Nathan B. Thompson es investigador del Igarapé Institute.

“Muchos asumen que las armas y municiones que están alimentando los cárteles de la droga vienen de distribuidores ilegales que atraviesan la frontera México-Estados Unidos. Hay estudios empíricos que justifican esta afirmación. Otros analistas sostienen que parte de las armas de tipo militar que usan los criminales vienen de los conflictos centroamericanos de las décadas de 1970 y 80. También tienen parte de razón”, dicen.

“Pero el cuadro completo es más complejo aún. De hecho, al menos 50 países han exportado a México, en los últimos cinco decenios, armas de grado militar y materiales asociados”, narran

Dicen que el repunte de ventas se disparó especialmente desde que el ex Presidente Felipe Calderón declaró la guerra contra las drogas. Citan datos de Naciones Unidas (ONU) y de la Norwegian Initiative on Small Arms Transfers, un grupo civil de investigación. Los Estados Unidos es, con mucho, el mayor exportador de armas militares a México, de acuerdo con estas búsquedas.

“Las sumas no son triviales. Los Estados Unidos ha exportado más de 300 millones de dólares en armas de tipo militar a las autoridades mexicanas desde la década de 1960; más de la mitad de esas ventas han sido desde el año 2000. Los principales exportadores a México después de Estados Unidos son Italia, Bélgica, Francia e Israel, algunos de los fabricantes más grandes del mundo”, de acuerdo con Robert Muggah y Nathan B. Thompson.

“Estas armas incluyen ametralladoras artilladas, rifles de asalto, lanzagranadas propulsadas por cohetes, explosivos y municiones pesadas, partes y accesorios. Sin embargo, los Estados Unidos y otros también venden grandes cantidades de armas ‘de tipo civil’, incluyendo escopetas, pistolas y municiones relacionadas”.

La investigación también cita una visualización cartográfica realizada por el Instituto Igarapé en sociedad con Google Ideas. Muestra que las importaciones mexicanas de todo tipo de armamento aumentaron de manera constante desde 2006 en adelante. Las importaciones de armas de tipo militar se dispararon entre 10 y 25 por ciento en un año, a 30 y 50 por ciento cada año durante este periodo de tiempo.

El Instituto Igarapé montó esa herramienta (llamada MAD) para dar seguimiento al tráfico de armas desde 2013. El proyecto MAD se basa en la armas pequeñas y municiones y cuenta con asistencia del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo.

“Si bien muchas de estas armas están destinadas oficialmente a las Fuerzas Armadas mexicanas y a más de 1,600 agencias policiales federales, estatales y locales del país, algunas de ellas caen en las manos de los cárteles y la milicia. En México, las armas de tipo militar se desvían y se filtran arsenales oficiales con frecuencia. En algunos casos, las armas se envían a clientes equivocados. Por ejemplo, un caso de alto perfil reciente es el de 9,000 armas de fuego enviadas ilegalmente a México por una empresa alemana”, dice el reportaje.

Por supuesto, agrega, hay un tráfico rutinario de armas de fuego de tipo militar y municiones. La Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) ha trazado rifles y pistolas de alta potencia enviados por tierra, aire y mar. El texto realizado por los dos especialistas cita como ejemplo la operación Rápido y Furioso, que metió armas a México para “identificar su ruta hacia los cárteles”.

El Instituto Igarapé y la Universidad de San Diego han determinado que una proporción considerable de las armas de fuego adquiridas ilegalmente en México fueron vendidas originalmente por comerciantes con licencia federal en Estados Unidos. Mientras tanto, armas de tipo soviético también se trafican desde El Salvador, Honduras y Guatemala.

“Stocks militares y policiales en algunos de estos países centroamericanos fueron señalados por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala como la mayor fuente de armas de fuego ilegales en la región. M16 del siglo XX y AK-47 han aparecido en los arsenales de los cárteles de Juárez, Sinaloa, los Zetas y del Golfo, aunque las cantidades son relativamente modestas”.
Para complicar más las cosas, las autoridades mexicanas “carecen de un sistema robusto de marcado y rastreo. Han dependido tradicionalmente de sus homólogos estadounidenses para la verificación de antecedentes sobre las armas incautadas. Llevar la data de armas filtradas o traficadas simplemente no ha sido una prioridad de los gobiernos mexicanos de turno”, dicen los especialistas.

“En el pasado, se presentaron muestras de armas incautadas a la ATF (usando eTrace). Las extrapolaciones generados a partir de estas evaluaciones sugieren que hasta un 70 por ciento de las armas de fuego recuperadas eran de los Estados Unidos aunque estos números son discutidos por ambos lados de la frontera.

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