Las incautaciones en la frontera entre México y EU de heroína y metanfetamina han crecido de forma considerable en los últimos años, mientras que los decomisos de cocaína siguen la baja, indica un informe de la ONU.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) recuerda en su informe de 2014, difundido hoy en Viena, que en Norteamérica (México, EU y Canadá) se redujeron las incautaciones de cocaína un 44 por ciento entre 2007 y 2012, hasta las 109 toneladas.
Estados Unidos sigue notificando las mayores incautaciones de cocaína del mundo fuera de la región andina con 104 toneladas en 2012″, señala la JIFE, órgano del sistema de la ONU que vela por el cumplimiento de los tratados internacionales sobre drogas.
La caída de la producción de cocaína en Colombia unido a la “intensificación de la actuación de los organismos encargados de hacer cumplir la ley en México” ha llevado a que los precios en los Estados Unidos hayan subido un 54 por ciento entre 2006 y 2012, desde los 121 dólares por gramo a 186 dólares, según la Junta.
Por el contrario, “la fabricación de metanfetamina en México ha aumentado, y los Estados Unidos siguen siendo el mercado más grande de esa sustancia”.
“Las incautaciones de metanfetamina en la frontera de EU y México han aumentado notablemente, de poco más de 2 toneladas en 2008 a más de 10 toneladas en 2012”, lo que ha causado que los precios de esa droga hayan bajado en más de un 70 por ciento desde 2007.
También los decomisos de heroína, una droga al alza en EU, han aumentado entre 2008 y 2013 más del 320 por ciento en la frontera entre México y Estados Unidos, aunque la JIFE no ofrece más detalles sobre las cifras totales ni sobre el origen de esa droga.
De cannabis, la droga más consumida en América del Norte, se incautan “más de un millón de kilos” cada año en la citada frontera.
El informe destaca que México ha emprendido varias iniciativas legislativas para aumentar los controles sobre ciertas sustancias como los cannabinoides sintéticos y combatir la desviación de precursores utilizados para fabricar cocaína y drogas sintéticas.
“La Junta encomia al Gobierno de México por mantener una función de liderazgo en América Latina en el ámbito de la fiscalización de precursores y en la investigación de los delitos relativos a la fabricación y la venta de drogas de síntesis, el decomiso y la eliminación de las sustancias químicas empleadas en la fabricación de esas drogas y el desmantelamiento de laboratorios clandestinos”, indica el informe.
También se elogian las “medidas adoptadas por el Gobierno (mexicano) para impedir la fabricación y el tráfico ilícitos de drogas en el país”.
Entre éstas, se encuentran la erradicación de grandes cantidades de cultivos ilícitos de cannabis y adormidera, el desmantelamiento de laboratorios donde se fabricaba heroína y la realización de investigaciones para detectar a personas y grupos delictivos.
“El objetivo de esas actividades era impedir que se cometiesen delitos, prestar asistencia en las investigaciones penales, contribuir a la disolución de los grupos delictivos organizados y reducir la violencia conexa”, sostiene la JIFE.
Por el lado contrario, el informe observa “con preocupación” el limitado progreso que se ha hecho sobre “la disponibilidad de estupefacientes y de sustancias psicoactivas para fines médicos”.
“En México la disponibilidad de estupefacientes y sustancias sicotrópicas con fines médicos sigue siendo baja, lo que limita el acceso que tienen a esas drogas los pacientes con necesidades terapéuticas legítimas”, indica la Junta, que alienta al Gobierno mexicano a tomar medidas para cambiar esa situación.
La JIFE también reconoce que México ha hecho cuantiosas inversiones para ofrecer tratamiento a drogodependientes en una red de centros que cuentan con psicólogos, médicos y asistentes sociales.
Con información de Excélsior