El gobierno de México junto con autoridades de Estados Unidos, de países como Colombia y Guatemala —que pertenecen a la Comunidad de Policías de América (Ameripol)—, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y la Oficina Europea de Policía (Europol) conformaron un grupo de búsqueda para capturar a Joaquín El Chapo Guzmán Loera, quien se fugó de un penal de máxima seguridad el 11 de julio pasado.
En el marco de la estrategia para cazar al capo, Tomás Zerón de Lucio, jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República (PGR), se reunió ayer en Texas con funcionarios de justicia y seguridad para hablar sobre las acciones para la aprehensión del narcotraficante.
Autoridades del gabinete de seguridad nacional explicaron que expertos de Colombia participan en el equipo de asesores, entre ellos ex elementos de la Policía Nacional, quienes llegaron la semana pasada en un vuelo privado a territorio nacional.
La colaboración con el gobierno de Colombia en la búsqueda del líder del Cártel de Sinaloa se concretó gracias a expertos como el ex jefe de la Policía Nacional de Colombia, Óscar Adolfo Naranjo Trujillo, quien al iniciar el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto asesoró al gobierno federal en materia de seguridad.
Otro de los ex mandos colombianos que ha aportado su experiencia en la cacería de El Chapo, es el general Luis Enrique Montenegro, quien detuvo en 1993 a Pablo Escobar; así como los generales en retiro Rosso José Serrano e Ismael Trujillo Polanco, quienes participaron en la aprehensión de los hermanos Gilberto y Miguel Ángel Rodríguez Orejuela, también cabecillas del Cártel de Cali, hasta la extinción de la organización.
“Si los podemos calificar de alguna manera, son los tres Mosqueteros más eficaces que tiene el país contra los narcos y hombres de permanente consulta por otros gobiernos”, le dijo a EL UNIVERSAL una fuente de la PNC.
De allí el viaje de ellos a México para asesorar en los operativos a seguir en el intento por atrapar al jefe del Cártel de Sinaloa. En México permanecen ocho oficiales antinarcóticos y de investigaciones activos que seguirán trabajando bajo las órdenes de las autoridades mexicanas, y de acuerdo “a los programas de cooperación vigentes entre ambos países”.
Ex embajador en Austria, entre 2002 y 2010, Serrano es considerado en el mundo como uno de los mejores expertos en antinarcóticos y para los policías de la región es algo así como un mito viviente. Incluso, en su país, en 1998, cuando su fama había crecido por los logros contra los cárteles y por las condecoraciones que recibía de gobiernos extranjeros [tal es el caso de EU], no faltaron políticos que amagaron con lanzar su candidatura presidencial.
A México llegó junto con dos de su mejores y más eficaces colaboradores para poner toda su experiencia en favor de la recaptura de El Chapo.
Las autoridades consultadas comentaron que el bloque de búsqueda lo encabeza un grupo de élite de almirantes de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar); generales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); oficiales de inteligencia del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y comisarios de las diferentes divisiones de la Policía Federal.
La cacería incluye el uso de tecnología de punta para detectar llamadas telefónicas y de voz para dar con la ubicación del narco, personas de su círculo cercano, así como de sus familiares.
A través del intercambio de información entre las autoridades se busca mantener alertas migratorias, ubicar cuentas bancarias, así como empresas y socios del Cártel de Sinaloa para disminuir las operaciones financieras de Joaquín Guzmán.
Detallaron que entre las acciones que realizará el gobierno mexicano en coordinación con Estados Unidos, Ameripol, Interpol y la Europol está identificar, ubicar y detener a los operadores financieros y lugartenientes que realicen actividades ilícitas en diferentes países para la organización criminal. La idea, explicaron, es desarticular incluso su red de apoyos, por lo que es clave el intercambio de información transnacional.