~El ingreso de más de 23 millones de mexicanos, insuficiente para comprar la canasta básica; es la cifra más alta desde 1988
~En pobreza moderada, 61.4 millones, la mayor cantidad desde 1996
México padece un estancamiento de 20 años en reducir los niveles de pobreza. Es una mala noticia, asegura el Banco Mundial en un estudio publicado esta semana. En América Latina todavía viven 75 millones de personas en extrema pobreza, la mitad de ellas en Brasil y México, de acuerdo con un informe publicado esta semana por el organismo.
La pobreza no ha disminuido en los últimos 20 años. Una medición basada en el ingreso muestra que la tasa de pobreza en México es la misma que en 1992, aseguró el Banco Mundial en el reporte Prosperidad compartida y erradicación de la pobreza en América Latina y el Caribe.
Medidos a partir de su ingreso, el número de mexicanos en extrema pobreza –con un ingreso diario que es insuficiente para adquirir una canasta básica alimentaria– se ubicó en 23.1 millones de personas, la cifra más elevada desde 1988. Mientras, en la clasificación de pobreza moderada se encuentra un universo de 61.4 millones de mexicanos, la mayor cantidad desde 1996.
El estudio del Banco Mundial recurre a dos mediciones diferentes de pobreza: la primera, que era la más utilizada hasta hace algunos años, que sólo consideraba el ingreso de la población; una segunda, que comenzó a utilizarse en México desde la creación de la Ley General de Desarrollo Social en 2004, es la llamada multidimensional, que además del ingreso toma en cuenta el acceso de la población a servicios como salud, seguridad social o educación, áreas atendidas por los programas sociales de transferencia focalizada.
La medición de la pobreza por ingreso sí puede ser calculada para los 20 años precedentes; en cambio, la medición oficial que enfoca la medición en un plano multidimensional sólo puede hacerse de 2008 a la fecha, comenta el Banco Mundial.
El hecho de que la pobreza por ingreso no haya mejorado respecto de hace dos décadas, plantea el organismo, no significa que ese nivel se haya mantenido inalterado en ese lapso; ha sido volátil, apunta. Como resultado de la crisis de 1994, la pobreza total –extrema y moderada– creció de 52 por ciento de la población a un pico de 69 por ciento en 1996. Esto fue seguido de diez años de una disminución sostenida, que la redujo a 46 por ciento de la población en 2006. Comenzó a subir después de la crisis de 2008-2009, hasta llegar a 52.3 por ciento de la población en 2012, último año para el que hay una medición.
En términos absolutos, la población en pobreza moderada creció de 47 millones de personas en 1994 a 64 millones en 1996; 46.5 millones en 2006 y 61.4 millones en 2012, de acuerdo con los datos contenidos en el estudio del Banco Mundial.
Particularmente la población considerada en extrema pobreza aumentó de 19 millones en 1994 a 34.7 millones de personas en 1996; bajó a 15.1 millones en 2006 y, nuevamente, subió a 23.1 millones en 2012.
A diferencia de lo ocurrido en el periodo poscrisis de la década de los 1900, todavía las tasas de pobreza y el número de personas que viven en esta condición no han regresado a los niveles previos a la crisis de 2008-2009.
No sólo el crecimiento ha sido débil en los años recientes en México, sino que también ha habido una desconexión entre crecimiento y reducción de la pobreza, apunta.
Así, el crecimiento del ingreso entre el 40 por ciento de la población de menores recursos económicos, lo que el Banco Mundial llama compartir la prosperidad, mostró un modesto incremento en México, aunque es desfavorable en comparación con lo ocurrido en otros países.
Entre 2004 y 2012 el ingreso de 40 por ciento de la población de menos recursos creció 1.2 por ciento anual. Es una tasa que, si bien duplica el promedio nacional para ese periodo, que fue de 0.6 por ciento, ubica a México en el sitio 16 de 17 países latinoamericanos en este renglón. La mayoría de países sudamericanos, ejemplifica, lograron beneficios para el ingreso de su población durante el auge de precios de las materias primas en el periodo, lo que no ocurrió con México.
La Jornada