La Comisión Federal de Electricidad (CFE) no enfrenta un entorno internacional hostil como su similar Petróleos Mexicanos (Pemex), afectada por la caída mundial en los precios del crudo y en su producción, además del aumento en el tipo de cambio.
Pero sí enfrenta, como Pemex, pérdidas millonarias que, de acuerdo con el último reporte entregado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), en 2015 fueron de 93 mil 912 millones de pesos, el doble de las registradas en 2014.
Además, desde ayer, la otrora paraestatal y única empresa que estaba autorizada para producir y vender electricidad en el país, tiene ya competencia, luego de que se realizara la primera fase de la subasta de largo plazo del mercado eléctrico mayorista, organizada por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), donde se recibieron 11 ofertas económicas correspondientes a siete licitantes
De acuerdo con el director de la hoy Empresa Productiva del Estado, Enrique Ochoa Reza, la mayor parte de estas pérdidas, o 68 mil 564 millones de pesos, derivan del “pasivo laboral”, o pago de las pensiones y jubilaciones a más de 42 mil trabajadores y que, en total, suman 620 mil millones de pesos.
El rescate de una parte de esta deuda por parte de la Secretaría de Hacienda fue establecido desde el 11 de agosto de 2014, cuando una reforma a la Ley General de Deuda Pública autorizó al Gobierno federal asumir una proporción de esta obligación en el pago de pensiones. La condición, establecida en un artículo transitorio, fue “que, dentro del año siguiente a la entrada en vigor del presente decreto, la CFE alcance un acuerdo para modificar el contrato colectivo de trabajo”.
A más de un año de que venciera este plazo, sin embargo, el acuerdo no se ha alcanzado, por lo que un punto de acuerdo presentado el pasado 15 de marzo en el Senado advirtió el retraso y exigió a la CFE –al igual que a Pemex– un informe sobre estas negociaciones con el Sindicato.
“Lo que se genera es mayor incertidumbre”, dijo el Senador Jorge Luis Lavalle Maury, integrante de las comisiones de Hacienda y Energía en la Cámara Alta.
“Es una deuda que tiene muchas implicaciones (…) independientemente de que el Gobierno federal lo absorbiera o no, este pasivo dejaría fuera de competencia a estas empresas”, agregó en entrevista.
En el punto de acuerdo, el legislador panista advirtió sobre la “discrecionalidad” que los reglamentos internos vigentes en las dos empresas le permiten a los directivos durante los procedimientos de jubilación, como la facultad de otorgar este tipo de beneficios en “condiciones especiales”, lo cual, agrega, podría aumentar la deuda.
“Con los ordenamientos internos de la CFE, la entidad puede otorgar la jubilación anticipada de un trabajador en condiciones especiales sin cubrir los requisitos establecidos en el Contrato Colectivo de Trabajo y en el Manual de Trabajo de los Servidores Públicos de Mando (MTSPM) cuando convenga al interés de la entidad, o bien, se realicen ajustes de estructura”, dice el documento.
“De acuerdo con lo anterior, el director general de la CFE tiene la facultad de excepción de otorgar jubilaciones anticipadas a los trabajadores de confianza y sindicalizados que no reúnan los requisitos generales que se establecen en el Contrato Colectivo y en MTSPM, bajo el concepto de acuerdo superior”, agrega.
El riesgo de esta discrecionalidad, menciona también la propuesta, es el “incremento en los costos financieros y transparencia en los padrones de trabajadores en condiciones de jubilarse”.
Ni la CFE ni el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) respondieron solicitudes de información de este medio.
NADA QUE NEGOCIAR
Si bien el SUTERM forma parte de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y ésta del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el pasado 22 de febrero, la dirigencia difundió una carta prohibiendo a sus agremiados presentarse en “reuniones de trabajo en donde se planteen supuestas modificaciones a los métodos de trabajo y/o estructuras organizacionales de la Comisión Federal de Electricidad”.
De acuerdo con el analista de la firma Solana Consultores, Arturo Carranza Güereca, si bien la negociación puede ser difícil, la CFE no enfrenta problemas como los de Pemex, por lo que aún existen condiciones, dijo, para evitar que la carga se haga más grande o la solución tenga que pasar por recortes.
“Ahorita hay oportunidad de sacar un acuerdo y que no se complique en el futuro […] El mercado eléctrico no atraviesa por los problemas de la industria petrolera, y eso es bueno para que la solución no pase por recortes y sí por esquemas, como hacer cuentas individuales o ampliar la edad de jubilación, que reduzcan la carga de la CFE”, dijo el analista.
Desde julio de 2015, al hacer una revisión del pasivo laboral que prevé rescatar el Gobierno federal, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró deficiencias en el manejo de esta deuda.
“La pensión promedio mensual se incrementó en 172.1 por ciento, ya que en 2003 un pensionado recibía, en promedio, 12.2 miles de pesos, y para 2014, 33.2 miles de pesos. Por lo anterior, el plan pensionario de la CFE ha mostrado a lo largo del tiempo una sensible insuficiencia económica para cubrir las obligaciones pensionarias a cargo de la entidad, lo que presumiblemente continuará en el mediano y largo plazos”, reportó la ASF en su Informe sobre la revisión al pasivo laboral de la CFE, difundido en julio de 2015 como paso previo al rescate por parte de Hacienda.
“Adicionalmente, es importante considerar que existe un riesgo de que en las negociaciones contractuales que se efectúen en el futuro se incorporen más beneficios que incrementen aún más el monto de las obligaciones pensionarias y aceleren el crecimiento del déficit actuarial, de tal forma que resulte difícil su financiamiento y se presenten mayores contingencias laborales, así como problemas legales, de solvencia y de liquidez”, agrega el reporte.
De acuerdo con Lavalle Maury, el plan de rescate prevé que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) asuma un 30 por ciento del pasivo, que en la negociaciones del contrato colectivo se acuerden esquemas para la reestructuración de otro 30 por ciento y que a la CFE le quede sólo otro tercio.
Esto, insistió, con el fin de que la hoy Empresa Productiva del Estado pueda competir en el nuevo entorno en el que la Reforma Energética abrió los procesos de generación, almacenamiento y distribución de electricidad a compañías privadas.
Fuente: Sin embargo