La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, hace casi un año, puso al descubierto la disputa existente por el territorio del municipio de Iguala de la Independencia, y otras localidades de Guerrero, entre los grupos del narcotráfico identificados como Guerreros Unidos y Los Rojos, informó Excélsior.
De acuerdo con investigaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), de la Procuraduría General de la República (PGR), Guerrero es actualmente la entidad más disputada por el crimen organizado.
De las nueve principales agrupaciones que se tienen identificadas, cinco operan en la entidad: el Cártel del Pacífico, La Familia Michoacana, el Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva, Los Caballeros Templarios y ahora con más fuerza el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Por ser uno de los estados en donde la geografía facilita la producción de amapola, mariguana y goma de opio, además de ser la ruta de enervantes hacia Estados Unidos, Guerrero se convierte en un escenario natural para la disputa de cárteles por el control del territorio.
Durante las investigaciones por la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa surgió la figura de María de los Ángeles Pineda Villa, esposa del exalcalde de Iguala, José Luis Abarca, como una pieza clave de los hechos ocurridos el 26 y 27 de septiembre del año pasado.
Se descubrió que Pineda Villa era el enlace entre el pago de sobornos a las policías municipales de Iguala y Cocula, y la protección de esas corporaciones al grupo criminal de Guerreros Unidos.
Pineda Villa es hija del matrimonio formado por Salomón Pineda Bermúdez y María Leonor Villa Ortoño, quienes tuvieron cinco hijos, Julio Guadalupe, Alberto, Mario, María de los Ángeles y Salomón, éste último identificado como El Molón, actualmente prófugo por los hechos de Iguala.
Entre los años 1990 y 2000 la familia Pineda Villa operó en Cuernavaca, Jiutepec, Cuautla y Yautepec, en Morelos, y en Acapulco y Zihuatanejo, en Guerrero, para los carteles de los Hermanos Beltrán Leyva y del Pacífico, cuando no había rivalidad entre estos dos grupos.
Pero cuando surgió la rivalidad entre los hermanos Arturo y Héctor Beltrán Leyva, principales operadores de su grupo, con Joaquín El Chapo Guzmán, líder del Cártel del Pacífico, la familia Pineda Villa permaneció leal a los primeros.
Las investigaciones de la SEIDO establecieron a María de los Ángeles y a Salomón, El Molón, como líderes y operadores de Guerreros Unidos, y responsables de la participación de este grupo en la desaparición de los 43 normalistas.
De acuerdo con las investigaciones de la PGR, el área de influencia de Guerreros Unidos, en Guerrero, se da en el corredor de los municipios de Teloloapan, Iguala de la Independencia y Taxco de Alarcón, Cocula y Cuetzalan del Progreso.
Con la muerte de Arturo y la detención de Héctor Beltrán Leyva, los grupos que se habían formado bajo su protección no lograron mantenerse unidos, y en algunos casos buscaron la protección de alguna de las principales agrupaciones del crimen organizado.
De hecho, algunos reportes de la SEIDO vinculan al grupo de Guerreros Unidos, también con el nombre de La Nueva Empresa, con el cártel de La Familia Michoacana, para las fechas en las que ocurrieron las desapariciones de Iguala.
Esto generó la disputa de territorios con Los Rojos, que se mantuvieron leales al grupo Beltrán Leyva, junto con Los Granados, Los Ardillos y el Cártel Independiente de Acapulco.
En las investigaciones federales se indica que Los Rojos mantienen su zona de influencia en el corredor de los municipios guerrerenses de Tixtla y Chilpancingo; mientras que Los Granados operan en la zona de Tierra Caliente, entre Ciudad Altamirano y Arcelia.
Mientras tanto, el Cártel Independiente de Acapulco mantiene el control de la ciudad y centro vacacional que le da nombre, y se disputa la plaza con La Barredora.
Este último grupo opera bajo la protección del Cártel del Pacífico, de El Chapo Guzmán Loera, lo que generó una de las olas de violencia más alta en la historia del puerto, con enfrentamientos en las principales calles acapulqueñas a plena luz del día, asesinatos y el hallazgo de fosas clandestinas.
También ligado al grupo de El Chapo Guzmán está el grupo identificado como Comando del Diablo o Comando Guerrero Diablo, con operaciones en Acapulco, Zihuatanejo y hacía la zona de la Costa Grande de la entidad.
Por su parte, Los Ardillos es un grupo también dedicado al robo, el secuestro y la extorsión, que opera en el corredor de Olinalá, Metlatónoc, Igualapa y Ometepec.
Las investigaciones de la SEIDO establecen que sin grupos de apoyo identificados con un nombre, o aliados a los ya existentes, el Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Caballeros Templarios tienen una permanencia en la entidad guerrerense, para la producción y tráfico de enervantes.
Pero también están identificados grupos menores que se han dedicado a acciones de narcomenudeo, secuestro o extorsión, como el caso del Nuevo Cártel de la Sierra, también conocidos como Los Pelones, Los Marquina o El Pelos.