Cada fin de semana, Nahim Quintana Hernández se instala en la comodidad de su hogar para disfrutar de dos o tres episodios de la saga fílmica Star Wars y, en varias ocasiones, ha destinado todos sus ahorros para viajar y ser de los primeros en el mundo en adquirir las nuevas series de juguetes y personajes.
Su colección asciende a más de 3 mil objetos instalados en su casa, como en las diversas habitaciones de su centro de trabajo, donde ejerce como publirrelacionista de artistas y, aunque lo ha reflexionado, le es imposible evitar adquirir un nuevo producto que le guste apenas salga al mercado.
Es como un vicio porque cada vez quiero más y nunca digo que le voy a parar, porque si en verdad eres un coleccionista, nunca te detienes”, declaró Nahim Quintana durante un recorrido por su acervo de objetos compuesto de naves, droids, personajes y otras piezas.
Y sabe que así será por lo menos seis años más debido a que el 18 de diciembre próximo marca el inicio de una nueva serie de estrenos fílmicos de la franquicia. El primero es Star Wars Episodio VII: El despertar de la fuerza. Aunado a esto, Disney abrirá dos enormes parques temáticos alusivos y lo que todavía esté por darse a conocer.
Entre semana no me da tiempo porque estoy trabajando, pero prácticamente todos los fines de semana veo dos o tres episodios de ‘Star Wars’ y lo hago como si fuera una religión. Incluso, tengo televisores en 4K y en 3D porque convoco a mis amigos para que vean y les explicó los detalles”, platicó.
Nahim Quintana nació el 8 de julio de 1980, tiene 35 años y, evidentemente, no vivió en tiempo real la locura de Star Wars con el estreno del primer filme Star Wars Episodio IV: Una nueva esperanza (1977), escrito, dirigido y producido por George Lucas.
Su encuentro con la franquicia sucedió a los 10 años tras una visita que hizo a sus tíos, quienes coleccionaban las figuras vintage de la primera serie de Lili Ledy. Empezó a jugar con ellas y después se interesó por ver las películas.
Mis tíos me dieron a guardar todas sus piezas, pero cuando un día llegaba de la escuela, para mi gran sorpresa, mi mamá había hecho limpieza en la casa y decidió regalarlas todas. Obviamente, me traumé”, relató.
En su adolescencia y con el dinero que le habían dado sus papás, visitó un mercado muy grande en la colonia Buenos Aires y otro en La Lagunilla de la Ciudad de México para tratar de reponer lo perdido.
Lo primero que llevó a su casa fue a Jabba the Hutt. Después compró los personajes de la Serie Azul y debido a una necesitad económica, a los 15 años se vio obligado a malbaratar algunas de las piezas que había acumulado hasta el momento.
Arrepentido, con un empleo seguro y repuesto en finanzas, a los 20 años retomó su anhelo de seguir coleccionando y compró nuevos objetos en el Mercado del Carmen, detrás de Palacio Nacional en el Centro Histórico.
En la actualidad, Nahim Quintana adquiere los productos de Star Wars a través de Mercado Libre y Segunda Mano por Internet, asiste a convenciones o viaja a Estados Unidos para comprar lo que a México tardará más tiempo en llegar.
Sobre todo aquellas series de colecciones de Disney divididas en varias familias. Tan sólo el pasado 4 de septiembre hizo una de sus más excesivas aventuras por Star Wars.
Debido a que se lanzó una nueva línea de productos, Nahim pagó su vuelo para viajar a Orlando, Florida, donde permaneció cuatro días.
En uno de esos días, se formó durante varias horas para adquirir una de las 150 pulseras que Disney le vendió por 50 dólares a fin de pertenecer a ese selecto grupo de fans que podría comprar antes que cualquier otro mortal a partir de las 12 de la noche.
Nos dieron media hora para escoger cosas en el centro Downtown Disney y me puse loco en el gasto porque traje maletas repletas, gasté unos 50 mil pesos en total”, admitió Nahim, quien ésta última vez trajo “droids” de más para revenderlos en México y así recuperar un poco su inversión.
De esta manera, también analiza su gusto como un negocio, porque piezas que compró en mil pesos puede venderlas al doble y ni pensar en las vintage de finales de la década de los 70 porque cada personaje viene costando hasta 5 mil pesos mientras permanezca en su empaque original sellado.
A la fecha, su colección sobrepasa las 3 mil piezas, de entre las cuales destacan series completas de aniversarios especiales, así como unos cien productos nuevos, entre naves, figuras de acción, a escala, miniatura, la reciente serie de Disney y The Black Series, actualmente agotada, entre otras.
Al hacer un recuento de estos 23 años de coleccionista, Nahim admite que ha invertido quizá un millón de pesos en todos los productos.
Algunos podrían definirlo como pérdida irreparable, pero él prefiere sentirse orgulloso y satisfecho de todas sus piezas que lucen perfectamente cuidadas decorando la pared, repisas o mesas.
“Soy soltero y eso es ventaja para incrementar la colección, porque si no fuera así, tendría que decidir entre la familia y los hijos. Sin embargo, soy un poco egoísta y prefiero viajar para seguir con esta pasión”.
Alguna vez una pareja le subrayó su fanatismo por Star Wars y aunque él le respondió que la colección es prioridad, lo remedió al llegar a un acuerdo. “Durante media hora le puse una de las películas en 4K y luego le propuse que viéramos lo que quisiera, pues se trata de hacer equipo”.
El periodista de profesión, admite que tarde o temprano concluirá su afán por coleccionar. En algún momento pensó que ni enfermo vendería, pero con seriedad en su rostro, aseguró: “sí vendería, siempre y cuando me compren todo y no por piezas, pero también que le den continuidad”.
Y si no surgiera un comprador, el admirador del villano Darth Maul se atrevió a decir que poniéndole fin a su gusto, hasta se atrevería a regalarla a los niños, aunque espera no sea dentro poco tiempo, pues aún desea disfrutarla.
“Dicen que quienes coleccionan muchas cosas, se suicidan o tienen manías, pero yo realmente no me apasiono tanto. Hay objetos que lanzan a la venta, que no me gustan y no los compro por comprar.
“Incluso, vendí una colección de figuras de Lego porque no me causaba interés conservarlas. La The Black Series tampoco me gustó mucho, pero la novedad fueron las figuras de seis pulgadas que básicamente veo como inversión y no me vuelvo loco al pagar una cantidad extrema por una pieza”.
En ese sentido, prefiere definirse como “un inversionista de Star Wars que se aboca al fanatismo de la colección, pero el día de mañana la podría vender, ya sea por necesidad o por ganarle más dinero, y al final, no requeriría acudir al psicólogo”, concluyó.