Crimen organizado opta por extranjeros de élite; recluta exmilitares de Colombia, Holanda y Rusia

La detención de dos exmilitares colombianos en una operación contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en Michoacán, refleja que el interés por parte del crimen organizado de reclutar agentes extranjeros con el fin de seguir siendo competitivos se mantiene intacto.

Se realizó una revisión a las detenciones de personas extranjeras ligadas al adiestramiento y operación de células de élite de miembros del crimen organizado, los datos y hechos demuestran que ha aumentado al menos en los últimos seis años.

En ese tiempo, los cárteles de la droga en México han reclutado a extranjeros de por lo menos seis nacionalidades para reforzar sus filas: se trata de colombianos, guatemaltecos, ucranianos, israelíes, holandeses y hasta rusos.

De acuerdo con especialistas consultados, los cárteles mexicanos buscan a los extranjeros y, sobre todo a exmilitares, debido al acceso a las armas, porque ellos las saben usar, y por el adiestramiento que pueden brindar a los integrantes de los grupos criminales.

Armando Rodríguez Luna, investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede), destacó que los cárteles mexicanos ahora pueden acceder con mayor facilidad a armamento y explosivos que antes eran limitados al uso de las Fuerzas Armadas.

“Aquí sí entra en la discusión el hecho de que las armadoras han atendido a un mercado ilegal porque la demanda fue aumentando, y ahora es más accesible comprar armas letalesexplosivosminas. Aunque no lo admitan, se han manejado con la premisa de la oferta atiende a la demanda”, dijo.

“El crimen organizado codicia estos elementos e invierte una gran cantidad de dinero para tener a algunos de estos elementos entre sus filas. El entrenamiento en sobrevivencia, uso de armas y operaciones tácticas, son muy especializados”, opinó el experto.

Reclutamiento a extranjeros, estrategia de décadas

El pasado 19 de mayo, fuerzas federales abatieron a 12 presuntos integrantes de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), un grupo de sicarios liderados por Abraham Jesús Ambriz Cano, El Yogurt, y detuvieron a nueve, entre ellos dos exmilitares colombianos de fuerzas de élite.

Encontrar a los exmilitares extranjeros en esa detención no fue una sorpresa. Desde hace unos 20 años los líderes criminales en México codician y pagan grandes cantidades a militares extranjeros para que vengan a territorio mexicano a adiestrar —y en ocasiones a comandar— grupos de sicarios con el fin de controlar grandes territorios.

Al menos desde 2005 hay registros periodísticos de cómo Los Zetas”, siendo facción del Cártel del Golfo, pagaba hasta 5 mil dólares a miembros de los Kaibiles, un grupo de élite del Ejército Guatemalteco, por adiestrar a sus sicarios.

En diciembre de ese año, en Comitán, Chiapas, se detuvo en una operación contra el crimen a siete personas. El gobierno de Guatemala confirmó días después que cuatro de esas personas eran militares desertores, pertenecientes al grupo de élite de los Kaibiles, los demás, eran desertores del Ejército mexicano, pertenecientes al Cártel del Golfo.

Masacres como la ocurrida en San Fernando, en Tamaulipas, en 2010, en la que 72 migrantes fueron encontrados sin vida y con signos de tortura, dieron luz a las autoridades mexicanas sobre el tipo de entrenamiento al que los cárteles tienen acceso para mantener el control de territorios hostiles, como los del norte del país.

De acuerdo con la periodista Marcela Turati, en su libro San Fernando: la última parada, Carlos Noel, exministro de gobernación de Guatemala confirmó a las autoridades mexicanas que la forma en que los migrantes fueron torturados tenía particularidades utilizadas por los Kaibiles.

Adiestramiento para vencer a los otros

Armando Rodríguez Luna precisó que el principal objetivo del crimen organizado en reclutar y contratar adiestramiento con extranjeros, además de estar al día en el uso de nuevas armas, es ser competitivos con otros cárteles a nivel de violencia.

El uso de violencia entre los cárteles no era tan letal cuando la violencia que usaban no era especializada, eso cambió cuando el Cártel del Golfo atrajo a sus filas a militares mexicanos de élite, desertores que formaron el sanguinario grupo de Los Zetas.

“A partir de 2008 se escaló el uso de mercenarios y de personas altamente capacitadas para ejercer la violencia y al mismo tiempo, en paralelo, en el mercado internacional hubo mayores ofertas de este tipo de servicios, que no se limitan al mercado legal”, indicó.

Continuó, “la violencia es el mecanismo que utilizan los cárteles para basar sus relaciones en el mercado ilegal. Es solamente a través de la violencia que controlan su relación con otros grupos criminales, tienen que ser creíblemente amenazantes para con quienes deben negociar”.

Luis Leal ejemplificó con la explosión de una mina en Michoacán, que dejó ocho militares muertos, el hecho de que ser cada vez más letales no sólo es redituable para combatir a otros grupos criminales, sino para competir con las fuerzas de seguridad del gobierno.

“Este asunto de la mina en Michoacán no sólo demuestra que están en una constante competencia por hacer el mayor daño posible a sus contrarios, sino también a las fuerzas del orden.

“Lo que vimos hace algunos años en estados como Tamaulipas Michoacán, de ejercer violencia y terror en contra de la población civil, también tiene el fin de demostrar quién tiene el control en esas regiones, por eso aterran a las personas, para también evitar que se subleven en contra de estos grupos”, detalló.

Los reclutados, especializados en letalidad

En diciembre pasado, El Gran Diario de México publicó que tanto el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como el Cártel de Sinaloa reclutan a exmilitares y exguerrilleros colombianos con diferentes habilidades bélicas para fortalecer sus capacidades de combate.

Los más requeridos por ambos grupos criminales son los expertos en la fabricación uso de explosivos caseros para drones minas, tácticas militares que también se han documentado en la pugna que libran las facciones de Los Chapitos y Los Mayos, en Sinaloa.

La revisión a varias de las detenciones hechas a extranjeros en operaciones contra el narcotráfico en México, desde 2005 a la fecha, reflejan que el CJNG ha preferido reclutar a exmilitares colombianos y guatemaltecos por su conocimiento en explosivos, drones y letalidad de armas.

En febrero pasado, el padre Gregorio López, crítico en sus posturas ante el trato que da el gobierno al crimen organizado, aseguró a medios locales que en Buenavista, Michoacán, hay un grupo de al menos 300 agentes extranjeros que comandan actividades delictivas en la zona.

Sobre el Cártel de Sinaloa, la detención de Marco Ebben, El holandés, y la posterior caída de Jorge Humberto Figueroa Benítez, El Perris, demuestran su preferencia por el adiestramiento con precisión e inteligencia de sus sicarios, más que con violencia extrema.

Así lo consideró Armando Rodríguez, quien precisó que ambos personajes, uno ligado a Los Mayos, y el otro a Los Chapitos, tienen características físicas (como la altura y el peso) precisas para manejar armas de alto poder de manera manual, como las Barret que les fueron incautadas a ambos.

“Por la distancia entre el hombro y la mano, alguien con la estatura promedio del mexicano, entre 1.60 y 1.70, no puede manipular esas armas. En el caso de los sicarios de otros cárteles, como el de Jalisco, para operarlas forzosamente deben armar coches o camionetas con ellas, para lo que necesitan otro tipo de adiestramiento, coincidente con el de los colombianos y guatemaltecos”.

Fuente: El Universal


Source: Mexico