Organizaciones de derechos humanos denunciaron a Miguel Ángel Yunes Linares, candidato de la alianza de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática al gobierno de Veracruz, de corrupción de menores, pederastia y trata de personas.
Señalaron que la denuncia ya fue ratificada ante la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata (Fevimtra) de la Procuraduría General de la República (PGR), con cinco casos, el primero de ellos el de Edith Encalada, víctima de Jean Succar Kuiri, sentenciado a 112 años de prisión por corrupción de menores y pornografía infantil.
En conferencia de prensa, Edith Encalada señaló que el hoy candidato al gobierno de Veracruz formaba parte de un grupo de políticos y empresarios involucrados en esos delitos.
Al dar su testimonio, sin que permitiera formular preguntas, afirmó que Miguel Ángel Yunes Linares era uno de los pederastas que visitaban a Succar Kuri.
Lo vi entrar con una niña de siete u ochos años a una de las habitaciones de Villa Sol y Mar (en Cancún, Quintana Roo), donde operaba esta red, dijo Edith Encalada, acompañada por directivos de la asociación civil Confederación Mundial Pro Derechos Humanos Segura y de otras organizaciones de la sociedad civil.
Por su parte, Gerardo del Moral, vocal de dicha confederación, y Juan Manuel Vega Estrada, de la Comisión Intersecretarial contra la Trata de Personas, presentaron la denuncia interpuesta ante la Fevimtra, a la que ayer mismo se sumaron cuatro denuncias. Los delitos son violación equiparada, abuso sexual, corrupción de menores, trata de personas, pederastia y pornografía infantil.
María Elena Solís, de la Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos, y Lídice Rincón Gallardo, de la Fundación Gilberto Rincón Gallardo, destacaron que estas conductas constitutivas de delitos presuntamente cometidas por Yunes Linares no han sido investigadas por las autoridades. Hay que poner un alto a la impunidad y a la violación reiterada y sistemática de los derechos humanos, dijo Solís.
Fuente: La Jornada