A pesar de que entre 2008 y 2014, las autoridades federales han reportado el desmantelamiento de al menos 306 antenas de radiocomunicación y 225 antenas repetidoras de frecuencia, todas al servicio del crimen organizado en distintas entidades del país, la Procuraduría General de la República (PGR) reveló que el destino de dichos equipos de transmisión es desconocido.
Según los oficios SJAI/DGAJ/3199/2015 y SJAI/DGAJ/07510/2015, emitidos en marzo y junio de este año, respectivamente, ninguna de las áreas relacionadas con el combate al crimen organizado adscritas a la PGR cuenta con registro alguno sobre el paradero de esas 531 antenas decomisadas en el marco de la lucha contra el crimen organizado, tanto por la Procuraduría, como por el Ejército y la Marina.
Por ley, toda labor de aseguramiento de evidencias realizada por el Ejército y la Marina es sólo de coadyuvancia en el marco del combate a delitos federales que ponen en riesgo la seguridad nacional, como la delincuencia organizada, por lo que el material decomisado es siempre entregado a la PGR, organismo federal encargado de la persecución de dichos delitos.
De hecho, en distintos comunicados en los que el Ejército y la Marina dan cuenta del decomiso de antenas del crimen organizado, se hace explícito que dichas evidencias fueron entregadas al “Ministerio Público de la Federación”, que forma parte de la Procuraduría General de la República.
A pesar de ello, ninguna de las 531 antenas de radio y repetidoras que han sido reportadas como desmanteladas han ingresado oficialmente a las bodegas de evidencia bajo custodia de la PGR, tal como reconoció su misma Dirección General de Control y Registro de Aseguramientos, la cual informó, el pasado 18 de junio de 2015, que el “aseguramiento de instalaciones ilegales de telecomunicación y radiocomunicación, torres y repetidoras en el periodo que va del año 2006 a 2014″ es igual a “0 (cero)”.
Las otras áreas de la Procuraduría que negaron tener conocimiento sobre las antenas decomisadas al crimen organizado desde el sexenio pasado y hasta la fecha son: la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada; el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia; la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo; la Subprocuraduría de Derechos Humanos, Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad; la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo; la Coordinación de Planeación, Desarrollo e Innovación Institucional; la Fiscalía Especial para Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas; y la Dirección General de Comunicación Social.
Contradicciones…
La localización y desmantelamiento de antenas de radiocomunicación al servicio del crimen organizado es una acción reiteradamente publicitada por los organismos federales encargados de la seguridad, y no sólo a través de boletines de prensa, sino también por sus mismos funcionarios, en actos públicos.
Hace poco menos de un año, por ejemplo, el pasado 27 de junio de 2014, Tomás Zerón de Lucio, director en jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, anunció el rescate de 39 migrantes que se encontraban secuestrados en un rancho de Sonora, acción durante la cual “se inhabilitó una antena de radiocomunicación, que era utilizada por los traficantes como una repetidora, para informar sobre la presencia de autoridades y fuerzas federales”.
Sin embargo, esa antena desmantelada a finales de junio de 2014 en Sonora no está inscrita en los registros de la Dirección de Aseguramientos de la PGR.
Asimismo, la Dirección General de Comunicación Social de la Procuraduría ha reportado en al menos siete ocasiones el decomiso de antenas.
En total, la Procuraduría General de la República ha publicitado el decomiso de 16 antenas y 23 repetidoras.
Por su parte, el Ejército ha notificado el aseguramiento de 230 antenas de radiotransmisión, y 157 antenas repetidoras.
Por último, la Marina ha dado cuenta de otras 60 antenas desmanteladas, junto con otras 45 repetidoras.
Sin embargo, ninguna de ellas obra en las listas de evidencias bajo custodia de la PGR.
Valor
Según expertos en comercialización de equipos de transmisión consultados Animal Político, el costo de todos estos equipos varía según sus características. Una torre arriostrada (fijada mediante cables para evitar movimientos pendulares, de 50 metros de longitud –como la encontrada por la Marina en Tamaulipas, en 2012–, podría costar hasta 100 mil pesos, ya que cada tramo de torre, de 3 metros de longitud, se valúa entre dos mil 500 y 15 mil pesos, según su material, diseño, resistencia al viento, capacidad de carga, y recubrimientos contra la lluvia, el polvo y los deshechos biológicos.
Cada tramo de torre emplea coples, pernos y cableado de fijación, que también pueden ser comercializados, incluso como material de reúso.
“Al ser estructuras metálicas, generalmente galvanizadas, o con recubrimientos que fueron fijados industrialmente, químicamente, son equipos que tienen un valor alto, aún cuando sean de segunda mano, hay un mercado para todo esto, siempre pueden reutilizarse –explica un ingeniero en telecomunicaciones, empleado en un centro de venta e instalación de antenas arriostradas, cuya identidad pidió resguardar–. Generalmente son de tubo industrial de acero, aunque también hay de aluminio o metales livianos, eso se determina según el peso del equipo que desees elevar, porque una torre puede tener equipo de radiocomunicación, de raditransmisión, y de recepción de datos digitales… y dependiendo del tipo de emisión-recepción que requieras, es el equipo que requiere la antena”.
El ingeniero pone un ejemplo: “Si tú requieres equipo de radiofrecuencia, por ejemplo, si quieres enlazar varios puntos sólo por voz, con un transmisor a 300 wats tienes, una fuente de poder, tu antena montada en tu torre, tu amplificador y lo pones a andar, no necesitas ni siquiera una computadora o software especial, conectas todo y a transmitir… si quieres líneas de transmisión, si quieres una comunicación cifrada, encriptada, igual se puede, pero requieres software especializado y antenas digitales… todo cuesta y todo vale”.
Animal Político