México es conocido por ser uno de los países más peligrosos del mundo. Es el país más violento de Centro América, y el segundo en toda América Latina, de acuerdo con el Índice de Paz Global. No obstante, la inseguridad no es la única preocupación para los mexicanos, pues un estudio reciente muestra que las bebidas azucaradas son una amenaza más grande para la vida aquí que el crimen violento.
Un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Harvard y Tufts, un grupo de instituciones educativas con sede en Washington y el Imperial College de Londres en el Reino Unido colocan a México con la tasa de mortalidad más alta del mundo: 404.5 muertes por millón de adultos, y como el segundo en números totales, con 24 mil decesos.
“Las bebidas azucaradas como Coca-Cola, Gatorade y bebidas caseras conocidas como ‘aguas frescas’ matan a muchas más personas cada año en México que las bandas de criminales […]. Si se compara esa cifra con los cerca de 15 mil 649 asesinatos registrados oficialmente en 2014, está claro cual es la mayor causa de muerte en el país latinoamericano”, publica este día The Global Post en un amplio artículo que firma Allison Jackson.
El medio refiere que la tasa de mortalidad de México por el consumo de bebidas azucaradas es alarmante, “pero no del todo sorprendente si tenemos en cuenta que el país es también el mayor consumidor mundial de refrescos”, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas.
Dice que, en promedio, los mexicanos consumen 43 galones de refresco [ más de162 litros] cada año “casi el 40 por ciento más que el promedio de Estados Unidos, que consume 31 galones [117 litros]”.
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Asimismo refiere, de acuerdo con datos oficiales, cómo una de las bebidas más populares en México es la Coca-Cola: “Es común ver a los mexicanos ingerir la bebida cargada de azúcar en el desayuno [además] de que toman más productos de Coca-Cola que cualquier otro país en el planeta”.
The Global Post menciona cómo el gobierno de México, “preocupado por la pobreza crónica de la salud de su población” está animando a la gente a dejar su adicción al azúcar con impuestos sobre las bebidas con alto contenido calórico y la comida chatarra.
“Pero en un país donde la gordura es normal –más del 70 por ciento de los adultos tienen sobrepeso o son obesos– y en donde la palabra española para la grasa – ‘gordo’ para los hombres, o ‘gorda’ para las mujeres- se utiliza a menudo como una expresión de cariño en lugar de un insulto, no va a ser fácil”, dice el medio citando datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el reporte difundido esta semana, en número de muertes totales por año, Estados Unidos encabeza la lista con 25 mil 347 decesos. Sin embargo, cuando se trata de la tasa de mortalidad real, México es el primer lugar con 404.5 muertes por millón de adultos. El país también ocupa el segundo lugar en números totales con 24 mil muertes.
El documento muestra que la mayoría de las muertes se concentran entre los adultos de 20 a 44 años de edad en los países de ingresos bajos y medios. Menciona que los adultos más jóvenes tenían más riesgo de enfermedades crónicas que las personas mayores.
Precisa que la mayoría de las muertes, 133 mil al año, son a causa de la diabetes, mientras que 45 mil son por enfermedades del corazón y 6 mil 450 por cáncer.
El estudio se trata de la primera evaluación exhaustiva de las muertes globales atribuibles a las bebidas endulzadas con azúcar. Éste se basó en 62 encuestas alimentarias realizadas a más de 611 mil personas durante los años de 1980 y 2010 en 51 países, lo que representan casi dos tercios de la población adulta del mundo.
Para realizar sus estimaciones, los expertos seleccionaron refrescos, bebidas frutales y energéticas, tés helados dulces, y jugos caseros que contenían al menos 50 kilocalorías por cada 23 centilitros.
El equipo midió su consumo con los datos obtenidos en las 62 encuestas sobre la dieta personal y sobre la disponibilidad de azúcar en 187 países.
Por último, emplearon estudios médicos sobre los efectos en la salud y meta-análisis estadísticos para calcular el impacto directo en la diabetes, y los efectos indirectos en los problemas relacionados con la obesidad como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer.
Sin embargo