El ex gobernador de Puebla Mario Marín, conocido como el “góber precioso” por la tortura que orquestó en contra de la periodista Lydia Cacho, fue detenido en Acapulco el pasado 3 de febrero y trasladado al Cereso de Cancún, Quintana Roo, donde ya fue ingresado.
Diversos medios de comunicación locales confirmaron la llegada de un fuerte dispositivo de seguridad que escoltó al ex funcionario mexicano hasta las instalaciones judiciales alrededor de las 00:50 horas del 4 de febrero.
Marín fue trasladado en avión desde el estado de Guerrero y su vuelo llegó a territorio quintanarroense a las 0:20 horas, de acuerdo con el periódico Milenio. Posteriormente, agentes de la Fiscalía General de la República (FGR) lo escoltaron al interior.
Horas después de su arribo, se mantuvo a la espera de la audiencia inicial ante un juez federal por un delito de tortura cometido en el año 2015.
La orden de aprehensión que libraron e su contra fue emitida por el primer Tribuna Unitario con residencia en Quintana Roo. Además, el ex gobernador de Puebla también cuenta con una ficha roja de la La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol, por sus siglas en inglés).
Mario Marín gobernó el estado de Puebla entre 2005 y 2011, pero también estuvo en la presidencia municipal de la capital de 1999 al 2000. Fue secretario del edil de puebla entre 1987 y 1990, Guillermo Pacheco Pulido, y fue secretario de Manuel Bartlett Díaz de 1993 a 1999.
El delito que se le imputa en 2015 a Marín es tortura en contra de la periodista Lydia Cacho, quien publicó un libro titulado “Los demonios del Edén”, una investigación que acusaba al Marín y al empresario Kamel Nacif de promover una red de pederastia.
Tras la publicación de este, la periodista fue acusada de difamación y calumnias y el 16 de diciembre del siguiente año, ella fue detenida en Quintana Roo.
Cacho fue trasladada a Puebla vía terrestre, pero en el trayecto de más de 1,500 kilómetros, fue torturada psicológicamente por los oficiales, quienes amenazaron con abusar de sexualmente de ella.
En su testimonio, la periodista mencionó que cuando llegaron a Puebla, el trámite de su propuesta fue lento y tortuoso. La encerraron en un “calabozo inmundo” y le tomaron fotos desnuda al lado de un cuarto lleno de policías judiciales con una mampara transparente de por medio.
Source: Mexico



