Las esperanzas de los migrantes han sido alimentadas por los coyotes que prometen que el gobierno del presidente Joe Biden los acogerá.
En lugar de ello, Estados Unidos los está expulsando de vuelta a México, donde aguardan junto con decenas de miles de otras personas con la esperanza de cruzar. La presión, y la desesperación, aumentan rápidamente entre las familias atrapadas en México, mientras los refugios y los funcionarios tienen dificultades para ayudarlos.
En el lado estadounidense, las autoridades federales hacen malabares para gestionar el fuerte aumento de niños que cruzan la frontera por su cuenta y que son retenidos en centros de detención, a menudo durante más tiempo del permitido por la ley. Y las crisis gemelas en ambos lados de la frontera no muestran signos de disminuir.
El sábado, cerca del cruce con El Paso, Texas, un grupo de madres y padres aferrados a sus hijos sollozaban al regresar a México desde Estados Unidos. Caminaban con dificultad, con los zapatos deportivos demasiado sueltos después de que les confiscaran los cordones y los desecharan junto con el resto de sus objetos personales cuando fueron detenidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Por: The New York Times
Source: Mexico