Veinte de los 27 ancianos que se quedaron ciegos tras someterse a cirugías de cataratas en la clínica privada Instituto de Salud Visual (Isvi) no han sido localizados, pues viven en comunidades mayas del centro de Quintana Roo, informó La Jornada.
Ello pone en peligro sus vidas, pues la bacteria con que se contagiaron puede alcanzar el cerebro y provocarles la muerte.
A causa de la devastadora infección que contrajeron 27 personas, según el Colegio de Oftalmólogos de Quintana Roo, a Hortensia Tepal Puc, de 65 años, originaria de Isla Mujeres, se le extirpó un ojo por daño irreversible y otros dos enfermos están a punto de perder uno o ambos ojos.
Por lo menos 20 de las presuntas víctimas de negligencia siguen sin recibir atención, pues residen en poblados ubicados a entre 150 y 300 kilómetros de Cancún.
Un grupo de mujeres, entre enfermas y familiares de los pacientes, quienes pidieron anonimato por temor a represalias, alertaron que si los 20 afectados no reciben atención médica podrían contraer meningitis y posteriormente encefalitis si la infección llega al cerebro, lo que les provocaría la muerte.
El director del hospital general de Cancún Dr. Jesús Kumate Rodríguez, Rubén Maldonado Villanueva, especialista en oftalmología, invitó a los afectados (ocho de Isla Mujeres) a ir a ese nosocomio para que sean valorados. Personalmente estaré al pendiente, ofreció.
En tanto, los directivos del Isvi enviaron una carta al presidente del Colegio de Oftalmólogos, Rodolfo Anzures Medina, en la que dicen: “Como médico y oftalmólogo, usted sabe que, como cualquier cirugía, la de catarata no está exenta de riesgos y desafortunadamente el 29 de octubre existió un brote de infección del sitio quirúrgico de nuestra institución.
“La infección es una endoftalmitis bacteriana por Pseudomonas aeruginosa con pérdida de visión irreversible”, señalan.
Sin embargo, esta información no la expusieron al sistema municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Isla Mujeres ni a la fundación Del Amor Nace la Vista, de la empresa Cinépolis, a la cual contactaron los ancianos para solucionar su problema de cataratas.
Instituto pide apoyo al DIF y a fundación privada
A raíz de que se difundió el caso de los 27 ancianos que quedaron ciegos, los directivos del Isvi han solicitado al DIF y a la citada fundación su respaldo y testimonios como aliados sociales para legitimar su labor.
Susana Tejero Loría, hija de la paciente María Inés Teresita de Jesús Loría, de 76 años, recordó que el día de la cirugía “le empezaron a picotear el ojo; le pusieron como tres o cuatro inyecciones porque el malestar y los dolores no cedían y ese es el calvario que llevamos desde el 29 de octubre.
En algunos casos los pacientes han desembolsado entre 25 mil y 30 mil pesos por tratamiento. Las medicinas son carísimas y el ultrasonido cuesta mil 600 pesos por ojo. Lo peor es que se complica hacer el estudio porque cada toma infecta las máquinas y es muy costoso desinfectarlas, explicó.
La mayoría de las 27 cirugías se realizaron el 29 de octubre. La bacteria con que se contagiaron los ancianos les provocó endoftalmitis, que ataca el nervio óptico y en dos semanas produce purulencia, sangrado y descomposición de los ojos.
La clínica Isvi se había negado a reconocer el daño. Argumentaba que los afectados, principalmente los provenientes de Isla Mujeres, contrajeron la infección al cruzar de la ínsula a Cancún.
El domingo, inspectores de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) clausuraron la clínica privada Instituto de Salud Visual (Isvi) por su presunta responsabilidad en la ceguera que padecen 27 ancianos. El organismo, dependiente de la Secretaría de Salud, prepara una multa que podría ascender a más de un millón de pesos.
La Jornada