“Lo bueno es que no había nadie, sino imagínese” dice la policía vigilante mientras camina entre el tizne negro y el plástico derretido que quedó después de que esta madrugada incendiaron las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en la planta baja de la torre Hakim, en Xalapa, Veracruz.
Quizá fue una broma de mal gusto, pandilleros sin nada que hacer, o quizá fue para dejar un mensaje a seis días de las elecciones para diputados federales. “Abajo el desarrollo capitalista. Junio negro” dejaron pintado con aerosol en la entrada de las oficinas deshabitadas y recién remodeladas.
El incendio fue 20 minutos antes de las 5:00 de la mañana pero hasta las 10:00 de la mañana no se había acordonado la zona o revisado la causante. Ni la playera negra con la palabra “antichrist” tirada en la entrada fue movida.
El susto se lo llevó el guardia nocturno que presenció como un grupo de jóvenes entraron rompiendo las puertas de cristal, rociaron gasolina e incendiaron el espacio principal. En realidad no hubo daños mayores.
Pero quedó impregnado el olor a plástico quemado, las lámparas derretidas, algunos periódicos carbonizados y la lata de aerosol con que fue pintado el lugar tirada en la entrada.
Al fondo un cuarto lleno de archivos de todo el estado. Cajas con cuentas de diferentes municipios y algunos trapeadores y cubetas. “Ya iban a abrir porque desde hace como seis meses están remodelando”.
Nadie entiende la razón del incendio, tampoco piensan en algún responsable. La denuncia fue interpuesta en el ministerio público en un comunicado que enunciaba más daños de los visibles y cuya fecha era del 19 de mayo, errores que probablemente fueron provocados por la histeria de seguir pensando ¿qué hubiera pasado si las oficinas ya hubieran estado activas?
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