Miembros del grupo de Los Otros Desaparecidos de Iguala, en el estado mexicano de Guerrero, ubicaron este domingo ocho nuevas fosas clandestinas en la colonia Tijerillas, que podrían contener restos humanos, informa Nuevo Herald.
La organización de civiles, que surgió hace un año tras la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, se dedica a la búsqueda de fosas por la zona y a tratar de que los cuerpos que se encuentran sean identificados.
En este último año han logrado encontrar más de un centenar de cuerpos. Después de la época de lluvias, reanudaron este domingo la búsqueda encontrando ocho fosas en las que podría haber cadáveres de seres humanos, además de unos restos óseos.
De acuerdo con el integrante de Los Otros Desaparecidos, Mario Vergara, los hallazgos se han hecho gracias a informaciones anónimas.
Vergara participa en la búsqueda de personas junto con al menos 30 familias más porque su hermano está desaparecido desde hace dos años.
Las familias salieron esta mañana de la Iglesia San Gerardo, con la protección de agentes federales, en donde cada martes se reúnen con personal de la Subprocuraduría de Derechos Humanos de la Procuraduría General de la República.
Al llegar a Tijerillas localizaron restos humanos, así como los indicios de ocho fosas, que están a la espera de que la PGR las abra a partir de mañana.
Según explicaron miembros de esta organización, estos se dedican a encontrar las fosas y dan aviso a la PGR en aquellas que creen que puede haber cuerpos.
La fiscalía es la encargada de exhumar los cuerpos y tomar las muestras genéticas a los cadáveres para contrastarlas con las de los familiares de desaparecidos.
Hasta ahora, sin contar lo encontrado este domingo, se han hallado 104 cuerpos en 60 fosas, pero solo siete restos humanos plenamente identificados han sido entregados a sus familiares y tres más están en proceso.
En total tienen registrados 370 desaparecidos en el municipio, aunque solo hay 270 denuncias ante la PGR, ya que muchos no acuden a instancias oficiales por miedo.
Fuente: El Nuevo Herald