Indignación en Durango por la liberación de juniors que casi matan a golpes a un médico

Jóvenes golpearon a un médico cirujano a quien dejaron en coma, luego de que les llamó la atención porque molestaban a una mesera de un restaurante. Los atacantes fueron detenidos por la policía de esta capital, pero quedaron en libertad inmediatamente porque sólo se les atribuyó una falta administrativa.

En respuesta, la comunidad médica estatal pidió proceder contra los agresores, hijos de empresarios, y también contra las autoridades municipales de la ciudad de Durango.

La noche del jueves, el médico José Carlos Morales Sánchez, de 58 años de edad, se encontraba en un restaurante cuando cuatro jóvenes de entre 19 y 22 años de edad molestaban a una mesera, por lo que el galeno se les acercó para pedirles que dejaran de hacerlo.

Ellos salieron del restaurante y regresaron con cuatro amigos, sacaron del lugar al médico y lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. Cuando llegó la policía municipal sólo detuvo a tres jóvenes, pues los demás huyeron

Tras ser trasladados a la dirección de seguridad pública municipal, sólo permanecieron ahí un par de horas. Morales Sánchez fue trasladado al Hospital General 450, donde le diagnosticaron traumatismo craneoencefálico grave, varios huesos rotos y edema cerebral, situación que lo mantiene en coma y en terapia intensiva.

El Colegio de Cirujanos Dentistas interpuso la mañana del sábado la denuncia NS/DGOFGO10020163FPZV en contra de Juan Pablo Ramírez Briseño, de 19 años de edad; Esteban Garza Pérez Arellano y Abel Chávez García, ambos de 20, así como de otros varones que huyeron, a quienes acusó de participar en la agresión a José Carlos Morales.

En la denuncia también se pidió investigar a las autoridades municipales que liberaron a los detenidos, quienes debieron ser entregados al agente del Ministerio Público.

Ayer la Fiscalía General del estado indicó en un comunicado que giró órdenes de aprehensión contra los tres jóvenes, y que se comenzó a investigar a las autoridades municipales que los dejaron libres.

Fuente: La Jornada