Intentarán en Jalisco reducir obesidad a hombre de 500 kilos

De al menos 500 kilos de peso, Juan Pedro es considerado el hombre más obeso del mundo. El joven de 32 años, oriundo de Aguascalientes, puede morir en cualquier momento, pues además padece diabetes descontrolada, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, hipoteroidismo e hipertensión arterial.

Su médico, Jorge A. Castañeda, cirujano bariátrico experto en manga y bypass gástricos, explica que por ese motivo en los próximos días será sometido a una evaluación para ver si puede resistir una cirugía que lo ayude a bajar de peso y paulatinamente recobrar su salud.

Para trasladar a Juan Pedro de Aguascalientes a Zapopan, después de estar postrado seis años en cama, fue necesario desmontar 20 asientos de una Mercedes Benz Sprinter (que tienen 24) porque no hubo ambulancia con capacidad para transportarlo.

En su cama traída especialmente desde su hogar y en un cuarto de hotel es sometido desde el martes pasado a una evaluación de salud. Es mi mayor reto médico, comenta Castañeda, quien encabeza la clínica GastricBypass México, que ha realizado al menos 8 mil procesos similares

Con experiencia de 15 años en la materia, señala que por el momento su mayor dilema es ver qué tipo de intervención será necesaria o si de plano no podrá realizarse algún procedimiento médico para disminuir los riesgos de que pueda fallecer su paciente, quien, indica, con el sobrepeso de esa magnitud y enfermedades está vivo porque tiene sólo 32 años.

Para ello un grupo interdisciplinario, que incluye nutriólogo, sicólogo, endocrinólogo, neumólogo, internista y equipo completo de cirugía, realiza estudios que estarán listos este martes, para determinar si es candidato a la cirugía o se somete a un proceso de control de peso que no requiere una operación.

El miércoles se dará a conocer la decisión. Castañeda indica que con los estudios se conocerá con precisión el estado de salud en que se encuentra y ver qué tanto le podemos ofrecer.

Métodos no quirúrgicos, primero

“A partir de los resultados queremos empezar a bajarlo de peso con métodos no quirúrgicos, dieta y medicamentos por determinado tiempo, y llevarlo a cirugía con base en lo que logre perder de peso.

Tenemos que ir con mucha cautela, pues es un paciente bastante delicado, hablando de cuestión de salud, con alta posibilidad de morir antes, durante y después del tratamiento; queremos disminuir los riesgos lo más que se pueda, detalla el especialista.

La condición de Juan Pedro es crítica. Para evitarle estrés adicional no hay acceso a él desde su llegada, el martes pasado, cuando comenzaron los estudios. Su cama está reforzada con un barandal que medio le permite incorporarse.

Jorge A. Castañeda afirma que no hay seguridad pública que se haga cargo de Juan Pedro en un país que ocupa, según cifras oficiales, el segundo lugar a escala mundial en obesidad en adultos y el primero en infantil y diabetes.

Falta atención en el medio público hacia casos de este tipo. Si Juan Pedro va al IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) lo rechazan, ni siquiera subrogan su tratamiento; primero le dicen que baje de peso porque ningún hospital tiene siquiera una cama para soportar tantos kilos, plantea el cirujano.

En Aguascalientes nadie tomó el caso

En Aguascalientes varios especialistas fueron a valorarlo, desde cirujanos, médicos, dietistas; todos le dejaron tratamiento, pero ninguno se comprometió con él, debido a su situación de salud y los riesgos de que muera.

Ante lo precario de su situación, Juan Pedro y su familia acudieron a la televisora estadunidense Univisión, que tras presentar el caso hizo contacto con Castañeda y su clínica en Guadalajara, que no le cobrará la atención médica.

Decidimos tomar el asunto para crear conciencia sobre los problemas derivados de la obesidad y sobrepeso. Todo radica en el tipo de dieta que tenemos en México y el sedentarismo, pero sobre todo que los políticos se están dedicando a destruirse entre ellos en lugar de ocuparse de lo importante, reprocha.

Considera que una manera de contrarrestar este problema es que en lugar de que aparecieran noticias de política, se difundan buenas campañas para prevenir la obesidad y sus riesgos. Además, fomentar los desayunos escolares balanceados y prohibir la venta de comida chatarra y refrescos dentro y fuera de los planteles.

Fuente: La Jornada