El debate sobre la legalización de la mariguana con fines lúdicos es una “oportunidad histórica” de cambiar la estrategia de seguridad pública del gobierno mexicano porque, advierte Guillermo Silva Aguilar, director general adjunto de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), es evidente que no ha funcionado.
El abogado de la CNDH reconoce que no se puede poner en riesgo la salud de los niños y adolescentes –pues es una de las prioridades del Estado mexicano, como lo dijo el presidente Enrique Peña Nieto–, pero afirma que tampoco se puede soslayar la oportunidad para discutir cambios en la política de seguridad pública.
“Eso es obvio. Sí se tendrá que replantear y hacer un cambio a la luz de lo que ha pasado. No podemos decir si es un éxito o un fracaso, pero en el contexto de estas políticas han existido violaciones a los derechos humanos o se han generado condiciones que han propiciado estas afectaciones. Si uno de los objetivos de la política del Estado es prevenir la violencia, es evidente que los resultados no han sido los que se podrían esperar. Este debate nos daría esa oportunidad de analizar ese otro lado de las políticas públicas”, indica el exdirector de Asuntos Indígenas de la CNDH.
Advierte que no se puede entrar con miedo al debate: “El miedo nos inmoviliza, no nos permite llegar a ninguna parte. No nos ayuda a cambiar ni a mejorar la realidad que tenemos”, sostiene en entrevista el mismo día en que la Secretaría de Gobernación anunció la realización de cinco foros regionales para discutir la legalización de la mariguana… y también cuando Peña Nieto reiteró su negativa a esta apertura.
Fragmento extraido de la revista Proceso, ya en circulación