Víctor Hugo Déctor Moreno, líder de taxistas de la región de Orizaba, se roció un galón de gasolina y amagó con prenderse fuego, ofuscado porque el gobierno inconcluso del expriista Javier Duarte le quedó a deber unos emplacamientos y permisos para poder trabajar en esa zona montañosa.
Con lágrimas, Déctor Moreno exigía a sus agremiados que le echaran un cerillo en protesta por la corrupción que dejó Duarte de Ochoa mientras gobernó Veracruz.
Tras el rociado de gasolina, el líder de taxistas recibió una llamada del secretario de Gobierno, Genaro Mejía, a quien reclamó: “Su gobierno corrupto nos tiene hasta la madre, en nuestra cara les siguieron dando emplacamientos y permisos a los mismos corruptos de siempre, ya no vamos a ser sus pendejos, este gobierno no vale una mierda”, grito Víctor Hugo Déctor.
En la plaza Lerdo, frente a Palacio de Gobierno se concentraron un centenar de personas para recomendar al líder de taxistas que no se prendiera fuego.
A dos días de que concluya el sexenio que dejó inconcluso Duarte de Ochoa, el gobernador interino Flavino Ríos y la titular de la Tesorería, Clementina Guerrero, reconocieron que ya no hay dinero para satisfacer las demandas de pasivos pendientes, pagos a proveedores y contratistas, y que sólo hay recursos para la segunda nómina de noviembre.
En la plaza también hay proveedores de alimentos que reclaman 80 millones de pesos a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), aunque en la mañana montaron una huelga de hambre, ésta fue levantada esta misma noche tras pactarse una mesa de diálogo.
Proceso