Los ataques contra Sheinbaum marcan el primer debate electoral en Ciudad de México

Dos mujeres se disputarán la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Eso es, al menos lo que han dejado claro los siete candidatos en el primer debate a la jefatura de Gobierno de la capital. Mikel Arriola, del PRI, el único político con alguna posibilidad, aunque mínima, según los sondeos, de desmontar esa premisa, destinó su primer minuto a reforzar esa idea: “Alejandra Barrales, líder del cartel inmobiliario y Claudia Sheinbaum, del cartel de los narcodelegados”. Y, como si se tratara de un prólogo de lo que puede ocurrir el domingo en el primer debate presidencial, Sheinbaum, candidata de izquierdas por Morena y favorita para gobernar la capital, se convirtió en el blanco de la mayoría de los participantes.

La construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de Méxicose coló directamente en el debate local. La polémica propuesta del padrino de Sheinbaum, Andrés Manuel López Obrador, decidido a dinamitar el proyecto ya en marcha si llega a gobernar el país, ha servido a los rivales de Morena para rechazar en bloque esa medida. Tanto Mikel Arriola (tercero en las encuestas), como Alejandra Barrales, candidata de Por México al Frente y segunda en los sondeos, insistieron en los puestos de trabajo que impulsaría el proyecto —entre 400.000 y 600.000— y en construir en las zonas aledañas una segunda Ciudad Universitaria y más áreas verdes en una de las delegaciones más marginales de la capital. Sheinbaum guardó silencio ante uno de los temas fundamentales de la campaña presidencial.

Durante más de dos horas de un debate sin ritmo ni tensión, los siete candidatos expresaron sus propuestas sin salirse un ápice del guion establecido. Algunos, como Marco Rascón, del Partido Humanista, acabó directamente leyendo del papel. En contadas ocasiones, la cámara enfocaba a alguien más que no era el que estaba hablando. Sobre un fondo blanco y un ambiente gris, a los espectadores no les quedó otro remedio que luchar contra el aburrimiento para mantener la atención.

Y los temas les afectaban directamente. El desabastecimiento de agua que sufren cientos de vecinos de la capital, especialmente de las zonas más populares, que tienen que ingeniárselas para pagar su propio suministro, fue uno de los puntos donde más insistieron los candidatos. Purificación Carpinteyro, del partido Nueva Alianza, una de las más directas en sus intervenciones, prometió sin miramientos una solución: “Te garantizo que siempre tendrás agua en tu casa”, aunque la única medida que propuso fue introducir suelos de concreto permeable para recolectar el agua de lluvia. Sheinbaum y Arriola coincidieron en que el problema principal es que el 40% se fuga por la mala calidad de las tuberías. La candidata de Morena insistió: “Debemos medir bien cómo están funcionando los pozos de agua y así podremos resolverlo”.

Por su parte, Barrales, insistió durante la mayor parte de sus intervenciones en atacar a la candidata de Morena donde más daño le podía hacer. Primero, por su trayectoria como secretaria de Medio Ambiente de la capital, bajo el Gobierno de López Obrador de 2000 a 2006, “entonces ella estaba más preocupada por hacer segundos pisos de carreteras que por el agua”, apuntó Barrales. Y, después, como delegada de Tlalpan, el municipio donde tras el sismo del 19 de septiembre se derrumbó una escuela y fallecieron 19 niños y 7 adultos. “Vamos a luchar para que esas familias tengan justicia”, insistió Barrales apuntando como responsable principal de lo sucedido a Sheinbaum. “No utilices una tragedia como centro de una campaña electoral, es vil”, le espetó la aspirante de Morena a su principal rival.

Arriola, el candidato más a la derecha de todos los aspirantes, defensor de “la vida, la familia y los valores”, que ha promulgado las medidas más polémicas en sus mítines, no se atrevió a repetirlas en el debate. El aspirante del PRI, contrario a que las parejas homosexuales puedan adoptar, partidario de bajar la edad penal a los 16 años y a introducir un chip a los presos que cumplen libertad condicional, se mostró más prudente en sus propuestas. Hubo una excepción cuando llegó el tema de la seguridad. Señaló que estaba dispuesto a decretar un estado de emergencia para sacar a las calles a las Fuerzas Armadas, como solución para combatir el narcotráfico.

La aspirante de Por México al Frente también calló una de sus propuestas estrella fuera de los focos del debate: donar 2.500 pesos a las madres de familia. Sí dedicó parte de sus intervenciones a defenderse ante las estocadas de Arriola sobre sus declaraciones patrimoniales. Barrales ha estado durante meses en el punto de mira por poseer un lujoso apartamento en Miami valorado en 1,2 millones de dólares y otro en una exclusiva colonia de la capital, Lomas de Chapultepec, de unos 720.000 dólares.

Sheinbaum, Barrales y Arriola partían con ventaja. Los tres representantes de los grandes partidos y coaliciones del país encabezaban unas encuestas muy desiguales. De los siete aspirantes, la líder local de Morena llegaba al diálogo siendo líder indiscutible, con un 30% de apoyo. Barrales y Arriola se disputaban entre un 13% y un 9% del respaldo. Lorena Osornio, la única independiente; Purificación Carpinteyro, de Nueva Alianza; Mariana Boy, del Partido Verde Ecologista de México; y Marco Rascón, del Partido Humanista, aglutinaban hasta esta noche alrededor de un 2% de la intención de voto.

Fuente: El País


Source: Mexico