Los cárteles mexicanos de la droga son la principal amenaza para Estados Unidos en materia de narcotráfico, reconoce la DEA en su más reciente evaluación. La presencia de los grupos criminales de México en EU creció en forma considerable en el último año apoyada por pandillas locales de ciudades estratégicas, que le han servido a esas organizaciones para extender sus redes hacia el Este y Norte de la Unión Americana, y que mantiene a sus líderes alejados de la acción de la justicia estadounidense.
Las Organizaciones Criminales Transnacionales (TCOs, por sus siglas en inglés) mexicanas siguen siendo la mayor amenaza criminal de drogas para Estados Unidos y ningún otro grupo puede desafiarlos en el corto plazo, reconoce la “Evaluación de la Amenaza Nacional de Drogas 2015”, un análisis elaborado por la Administración para el Control de Drogas (DEA, Drug Enforcement Administration) de EU.
El documento, liberado a principios de noviembre, afirma que las organizaciones mexicanas de la droga trafican heroína, metanfetamina, cocaína y marihuana en EU, utilizando rutas de transporte y redes de distribución, a través de la frontera sudoeste y, paulatinamente, se mueven hacia el Este y el Norte del país para ampliar su cuota en el mercado de drogas ilícitas, en particular la heroína, gracias a pandillas locales que, además, le sirven a los líderes de los cárteles en México como escudos para no exponerse a la acción de la justicia en Estados Unidos.
Chicago, destaca la DEA, es un reconocido centro de distribución de drogas dominado por los cárteles mexicanos, pero su poderío se ha extendido ya hacia centros urbanos como Philadelphia, Nueva York, Nueva Jersey y Boston, donde su presencia no era tan contundente hasta hace un año.
“Las bandas a nivel nacional y las pandillas de barrio están consolidando su relación con los cárteles mexicanos para aumentar las ganancias a través de la distribución de drogas y el transporte, así como para la ejecución de los pagos y la protección de los corredores de transporte de drogas que son utilizadas por bandas rivales”, plantea el análisis.
La “Evaluación de la Amenaza Nacional de Drogas 2015” (NDTA, por sus siglas en inglés) es un estudio integral de la amenaza que plantea al Gobierno estadounidense el tráfico y consumo de drogas ilícitas.
Los TCOs mexicanos, destaca, representan la mayor amenaza criminal de drogas contra Estados Unidos, y se han posicionado en diversos puntos de la Unión Americana para aumentar sus puntos de distribución.
1. Boston, Massachusetts: Muchos de los grupos locales de distribución pelean cada vez con mayor fuerza para recibir directamente cocaína de las organizaciones mexicanas basadas en estados como Arizona, California, Nuevo México y Texas.
2. Chicago, Illinois: Las organizaciones mexicanas representan la amenaza más significativa en esta ciudad y en gran parte del estado. Durante 2014, las organizaciones mexicanas dominaron la distribución al por mayor de cocaína, metanfetamina y la marihuana producida en México, y la heroína (tanto el alquitrán negro mexicano como la heroína de América del Sur) en Chicago.
3. Los Angeles, California: Los cárteles mexicanos utilizan el área de Los Angeles como un centro estratégico para facilitar el movimiento de drogas al norte y al oeste del país, y al mismo tiempo usan la ciudada de Los Angeles para contrabandear las ganancias de la droga –en forma de dinero en efectivo– de vuelta a México.
4. Philadelphia, Pennsylvania: Los TCOs mexicanos muestran un creciente interés en el establecimiento de centros de distribución en las ciudades del noreste de Estados Unidos, como es el caso de Philadelphia. Redes de inteligencia muestran que esas organizaciones buscan anular centros tradicionales de distribución en el sudeste de EU debido a la presión de las fuerzas del orden, por lo que han puesto la vista en esa región para avanzar en su dominio del territorio.
En 2014, con base en los casos policiales activos, la DEA ubicó a los siguientes grupos operando con fuerza en Estados Unidos: la Organización Beltrán Leyva (BLO), el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el de “Los Cuinis”, el Cártel del Golfo (CDG), Cartel de Juárez, La Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios, Los Zetas y el Cártel de Sinaloa.
“Si bien todas estas TCOs mexicanas transportan cantidades al por mayor de drogas ilícitas en los Estados Unidos, el de Sinaloa es el cártel que parece ser el proveedor más activo. El Cártel de Sinaloa aprovecha sus recursos expansivos y dominio en México para facilitar el contrabando y el transporte de drogas en los Estados Unidos”, expone la DEA.
Sin embargo, destaca, El CJNG, que no había sido designado como una organización importante en el corte de noviembre de 2014 (por lo que no se registra en los mapas del análisis de 2015) “se ha convertido rápidamente en uno de los más poderosos TCOs en México y en algunos casos rivales importantes de las operaciones de tráfico del Cártel de Sinaloa en Asia, Europa y Oceanía”.
El CJNG, en virtud de su creciente poder, está expandiendo sus operaciones de tráfico de drogas a los Estados Unidos, advierte la DEA. “Los Cuinis”, dice el informe, son un grupo de afiliados del CJNG, y han sido fundamentales en la parte del financiamiento inicial para facilitar el ascenso del CJNG.
ESTRUCTURA OPERACIONAL
Mientras operan en los Estados Unidos, las organizaciones criminales mexicanas buscan activamente mantener perfiles bajos y evitar enfrentamientos violentos entre sus rivales y con aplicación de la Ley en EU.
De acuerdo con el análisis de la DEA, las operaciones de los cárteles mexicanos en ese país por lo general tienen un sistema de cadena de suministro que funciona según de las necesidades y se basa en operadores que sólo están conscientes de su función específica, y se mantienen alejados de todos los otros aspectos de la operación. En muchos casos, los transportistas que se utilizan para los envíos de drogas son terceros e independientes, que trabajan por un porcentaje del costo total del cargamento con los mexicanos.
“Los operadores de la cadena de suministro están aislados unos de otros, así si un transportador es detenido se sustituye con facilidad y no puede revelar el resto de la red a la policía”, plantea el informe.
Otro asunto que destaca la DEA es que la base de operaciones de los cárteles mexicanos en EU se compone de familia y amigos extendidos en el país. Las familias afiliadas con varios grupos criminales se apuntalan con parientes o amigos en Estados Unidos que se consideran lo suficientemente confiables para ayudar a ejecutar diversos aspectos de las operaciones de tráfico de drogas en ese país.
“Miembros de familias de los cárteles se envían generalmente a importantes ciudades estadounidenses para administrar casas de seguridad que contienen cargamentos de droga y dinero en efectivo producto de la droga a granel”.
También se destaca que las organizaciones criminales sirven principalmente como proveedores al por mayor de drogas y trabajan con pandillas locales en Estados Unidos, que son sus bases de distribución. “Las pandillas en Estados Unidos mantienen el poder en sus territorios y el control de los mercados de drogas al por menor”, detalla.
MÉTODOS DE TRÁFICO
De acuerdo con la “Evaluación de la Amenaza Nacional de Drogas 2015” de la DEA, los cárteles mexicanos transportan la mayor parte de las drogas de la frontera sudoeste a través de puertos de entrada (POE), utilizando vehículos de pasajeros o camiones con remolque. “Las drogas son típicamente guardadas en compartimentos ocultos cuando se transportan en vehículos de pasajeros o con los bienes legítimos cuando son
transportadas en camiones con remolque. Una vez al otro lado de la frontera sudoeste, las drogas se esconden en las casas de ciudades centrales como Dallas, Houston, Los Ángeles y Phoenix, y luego se transportan a través de estos mismos medios a los grupos de distribución en el Medio Oeste y en la Costa Este.
1. Los Angeles, California: Desde Los Ángeles se transporta cocaína a Arizona, Kansas, Nebraska, Nevada, Nueva Jersey, Nueva York, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Utah y Washington. El Cártel de Sinaloa emplea a conductores que son mayores que los ciudadanos estadounidenses que conducen remolques porque creen que atraen menos atención de la policía que los conductores más jóvenes en vehículos de pasajeros.
2. Phoenix, Arizona: En Arizona, las actividades de transporte y contrabando también se producen entre los puertos de entrada en los valles desiertos y remotos, que son inhóspitos por el terreno montañoso y accidentado. Uno de estos lugares es el corredor del desierto del oeste, que es una zona ideal para el contrabando pues está escasamente poblada. Los grupos utilizan vehículos todo terreno para mover grandes cantidades de la marihuana para su transporte a Phoenix y Tucson, áreas metropolitanas donde posteriormente son distribuidas. Estos grupos de transporte utilizan bases en lugares elevados para dirigir sus actividades de contrabando transfronterizos y tienen equipos avanzados de comunicación por radio para evitar la detección del orden público y de la aprehensión.
Los TCOs mexicanos, destaca la evaluación, también contrabandean drogas a través de la frontera sudoeste utilizando otros métodos: la marihuana se transporta ocasionalmente a través de túneles subterráneos conectados a una red de casas de seguridad en ambos lados de la frontera entre México y EU.
Además, los cárteles transportan la marihuana a través de trenes de carga comercial y en barcos pequeños, que se conocen como “pangas”, desde la costa oeste de Baja California hasta el norte de la costa central de California. Por último, los mexicanos también transportan droga a través de la frontera sudoeste con aviones ultraligeros.
TRAFICANTES EN SUBURBAN Y EN EL ÁREA RURAL
Los reportes en torno a la aplicación de la Ley indican que algunas organizaciones de traficantes mexicanos dentro de Estados Unidos han optado por establecer sus bases de operación en las zonas suburbanas o rurales.
“Los traficantes se están trasladando desde ahí porque sienten que pueden ocultar mejor sus operaciones en una zona donde las fuerzas del orden no esperan encontrar grandes organizaciones de tráfico operando o no están acostumbrados a tratar con este tipo de organizaciones. El traslado también hace difícil a las grandes agencias federales que se encargan de la aplicación de la Ley localizarlos, porque los traficantes eluden las bases de operación de las agencias federales en las grandes ciudades. Esta tendencia ha sido señalada en Dallas, San Francisco, en el estado de Washington, en el oeste de Colorado, y en partes de Carolina del Norte”, destaca el informe.
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