México, la distribución del gasto destinado a desarrollo humano no contribuye a paliar las desigualdades, puesto que se asignan menos recursos a quienes más carencias tienen, publicó Animal Político.
Así lo alerta un estudio presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en el que se destaca que de entre la población de 0 a 17 años, los niños menores de cinco años son quienes reciben menor porcentaje de gasto público destinado a desarrollo humano -en particular a la salud, educación e ingreso-, pese a que tienen el menor nivel de desarrollo del país.
Durante la presentación ayer martes del Informe sobre la equidad del Gasto Público en la Infancia y la Adolescencia en México, Erika Strand, jefa de políticas públicas de UNICEF México, apuntó como muestra de esta desigualdad, que en el periodo 2008-2012 hasta el 20% de la población con menor nivel de desarrollo del país sólo recibió 15.2% del gasto que el Estado destina a promover la salud, educación y el ingreso, “cuando de acuerdo con sus carencias se le debió asignar un 38.6%”.
En contraste, indicó Strand, 20% de la población de 0 a 17 años con el mayor nivel de desarrollo humano recibió 24.2% del gasto público, cuando debía recibir el 8.9% con base en sus logros de desarrollo.
Ante esta situación de desigualdad que afecta, principalmente, a la población infantil más joven y menos desarrollada, el informe de UNICEF y el PNUD considera que la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación de la Federación (PEF) 2016 representa “una oportunidad” para mejorar la distribución del gasto público destinado a niños, niñas y adolescentes, e introducir mecanismos “que promuevan la equidad”.
Y para convencer al Gobierno Federal y a los legisladores tomadores de decisiones, UNICEF y el PNUD detallan en su informe una serie de puntos por los que invertir en desarrollo humano de la infancia “debe ser prioridad” para México.
1.- Porque no invertir en los derechos de los niños “es una pérdida doble”.
El informe recuerda a las autoridades mexicanas que el incumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes (NNA) representa una pérdida doble, pues se refleja en un menor desarrollo humano durante la infancia y a lo largo de la vida.
“Los rezagos de la infancia se acumulan en la vida adulta e impiden el desarrollo pleno de las personas hasta su máximo potencial. En este sentido, el desarrollo deficiente de capacidades en la infancia conduce al deterioro de las oportunidades en etapas posteriores”, recalca el documento.
2.- Porque si se vulneran derechos durante la infancia se perpetúa la pobreza
UNICEF señala que no invertir en el desarrollo de los derechos durante la infancia impacta de manera negativa en “el ejercicio pleno de derechos y la autonomía en la edad adulta”.
“Por lo tanto, el incumplimiento de los derechos de los NNA perpetúa la desigualdad y la pobreza, obstaculiza la movilidad social y, por ende, constituye un impedimento para la construcción de un México más incluyente”.
3.- Porque invertir ahora aumentará la productividad económica mañana
El informe sobre el gasto público en desarrollo humano subraya que una hipotética distribución más equitativa para la primera infancia en el próximo presupuesto de la Federación puede tener varios efectos positivos a largo plazo. Uno, mejorará la calidad de vida durante la infancia y la edad adulta. Y dos, aumentará la productividad económica del país en el futuro.
“Desde el punto de vista económico, la intervención temprana puede representar ahorros futuros”, expone el informe. Uno de esos ahorros provendría del gasto educativo, el cual se destinaría “a remediar deficiencias” y a “atender problemas de salud por enfermedades y condiciones prevenibles”.
Por lo tanto, UNICEF urge a “establecer una estrategia nacional para promover el desarrollo infantil integral que enfatice la atención a niños y a niñas en primera infancia”.
4.- Porque equilibrar el presupuesto a la infancia permitirá cerrar brechas
Ante esta exposición de motivos, el documento recalca que “la única forma de asegurar el cumplimiento de los derechos de todos los niños y las niñas” depende de que se haga “una inversión adecuada” por parte del Estado, “con la intención de coordinar las políticas para la primera infancia y hacer hincapié en destinar recursos suficientes a todos los sectores (salud, educación, combate a la pobreza, protección, etc.), para ofrecer una atención integral y así cerrar brechas de desarrollo entre la población”.
“En definitiva, hoy tenemos la oportunidad de mejorar la distribución del gasto público de los niños, niñas y adolescentes con el objetivo de alcanzar un desarrollo humano integrador, equitativo y sostenible para las generaciones presentes y futuras, y llevarlo a cabo es beneficioso para la sociedad y para la economía en su conjunto”, expuso a modo de conclusión durante la presentación del informe Erika Strand, jefa de políticas públicas de UNICEF México.